Miopía política

Hay actitudes que demuestran el espíritu mezquino y la miopía política de parte de los líderes, partidarios y autoridades. Parecen olvidar que la actividad política es de servicio, de búsqueda del bien común, de encontrar soluciones a los problemas comunitarios.

Ese tipo de miopía se convierte en problema nacional al impedir la toma de decisiones acertadas. Una forma de verificarlo en nuestro país es a través de hechos: corrupción galopante donde los procesos de los juicios del tío y otros cinco vinculados dejaron de ser públicos.

Una clase media joven llena de desesperanza al no conseguir trabajo, aumentar sus ingresos y pagar más impuestos cada año; 57 feminicidios en lo que va del semestre 2017; designación de un personaje incómodo en la OEA; deuda del Estado que por $ 2.500 millones desapareció del IESS y que hoy desde la Contraloría la encontraron, para mencionar algunos casos. Buscamos transparencia.

Cuando se camina por plazas y calles es común escuchar expresiones populares como: “todos los políticos son iguales”, “no importa quien gane las elecciones, las cosas siguen igual”, “cada quien salva su pellejo”. El pueblo elige, aunque luego se queje.

Ecuador saldrá adelante en la medida que la ciudadanía provoque reacciones positivas a los líderes políticos y económicos para avanzar y mejorar la calidad de la educación, ampliar y facilitar el acceso al mercado laboral, prevenir, perseguir y castigar el delito, romper el círculo vicioso de criminalidad, corrupción e impunidad, equiparar el peso de la sociedad al del Estado y el mercado. ¿Podría marcar el ritmo del nuevo gobierno la reunión del presidente con Nebot?

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