¿Correa en Bélgica y Moreno en Estocolmo?

Salvatore Foti

Desde hoy Moreno no debe preocuparse de la presencia del expresidente Correa, quien ya está en Bélgica con su familia. Desde hoy podrá seguir dialogando, en lugar de confrontar con el exmandatario, el único con el cual aparentemente no quiso tener coincidencias. Hasta las ‘indirectas’ de que Correa sufría de ‘síndrome de Abstinencia del poder’ podrán dejar de despreocupar.

En su lugar, puede empezar a tomar decisiones para el bien del país que, dicho sea de paso, necesita de la adopción de medidas importantes que vayan más allá de los “me gusta” captados por el actual Presidente. Lo que es bueno para Facebook es efímero comparado con la necesidad de políticas públicas que le urgen al país y las ganas de saber, desde ahora en adelante, qué va a pasar.

Tampoco podríamos permitirnos otros síndromes como el de Estocolmo, que provoca que los rehenes se hagan amigos y cómplices de sus captores. En este sentido, si el mandatario trabajó “sufriendo” la presencia de Correa, que lo llevó a algunos desencuentros más que justificables.

Si las diferencias entre los correístas y los morenistas pudieran deberse al hecho de que el mandatario estuviera secuestrado por algunos grupos de poder y asesores que le hacen la agenda en abierto contraste con los principios de sus coidearios. Ellos le harían padecer el síndrome ya mencionado.

Esto sería sumamente grave, pues para tomar decisiones y hacer leyes no contaría con el apoyo necesario en la Asamblea donde, por cierto, algunos habrían empezado a contar los votos necesarios para empezar una escalada al poder.

Gracias a la excusa de plantear una moción sobre dar apoyo a los diálogos de Moreno, los gobiernistas saben que nueve asambleístas de la bancada AP se abstuvieron. A Moreno le faltan muy pocos votos para contar con su propia mayoría, a pesar de que esto significa tener confianza temeraria en la oposición.

En caso de no lograr sus objetivos tendríamos dos poderes del Estado en pugna y un país en ‘stand by’ que se acercaría muy peligrosamente a la muerte cruzada o quién sabe si a la convocatoria de una Constituyente.

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