El regreso a los valores

AUTORA: MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

De pequeña, al terminar el cuarto año de escuela, fui obsequiada con una copia del libro Corazón, un libro escrito a modo de diario en el cual, al final de cada anécdota, Enrique, el relator de la historia, nos demostraba que en actos sencillos las personas podemos demostrar nuestra valía y un gran corazón. Al llegar al cuarto año de colegio, entre las materias que formaban el pensum de estudio estaba Ética y Valores, recuerdo ciertos trabajos encomendados que generaban debates entre compañeros de clase sobre la moral o el libre albedrío. Quizá en aquellos años no dimensioné lo importante que fueron tanto las lecturas como aquellas clases que recibí.

Escuché con agrado que el Frente Anticorrupción ha sugerido que en escuelas y colegios se retomen las clases de ética, como una medida para hacerle frente al tema de corrupción que predomina por estos días. Y, ahí es cuándo me pregunto, en qué momento y bajo qué pretexto, estas clases fueron excluidas del pensum de estudios, así como también fueron eliminadas las de Moral y Cívica.

Los actos de corrupción generalizados, manipulación política y campañas desinformativas ante la opinión pública del estado, nos demuestran que la ética abandonó por completo los pasillos de las instituciones del estado. Crímenes, robos, miseria y degradación humano, nos señalizan la falta de la práctica de valores en el hogar. Por ello es importe conocer qué es la ética, porque si analizamos su concepción individual, entendemos que ya adquirida trasciende de la esfera de lo personal para alcanzar la parte colectiva, y es allí donde tanta falta hace.

Debemos tener presente que los valores deben ser inculcados en el hogar y practicados en cada acto de nuestra vida, no por el hecho de que alguien nos obligue, porque la esencia de la ética está en asumir con responsabilidad y entereza cada situación de nuestra vida, así nadie nos esté observando.

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