El Catoblepas

Es una criatura legendaria de Etiopía, descrita por primera vez por Plinio el Viejo y más tarde por Claudio Eliano. Jorge Luis Borges también define al catoblepas en su ‘Manual de zoología fantástica’: “tiene cuerpo de búfalo y cabeza de cerdo. Su espalda está cubierta de escamas que le protegen y su cabeza mira siempre hacia abajo. Su mirada o su respiración podían convertir a la gente en piedra o matarlas, sus ojos estaban inyectados en sangre, su aliento era venenoso ya que se alimentaba de hierbas venenosas”. “El Catoblepas es un animal que se come a sí mismo, comienza comiendo sus propios pies”, escribe Mario Vargas Llosa.

Tengo para mí que algunos políticos han devenido en “catoblepas” y en antropófagos, pues se están comiendo a sí mismos y a sus propios “compañeros”. El “Mashi” se está comiendo a sí mismo. Su Gobierno fue generoso en concentración de poder, corrupción rampante, autoritarismo, atentados a los Derechos Humanos, insultos, etc., y ahora sus excesos le están devorando, como Cronos, el titán de la mitología griega, que devoraba a sus hijos. Seguro va a parar nuevamente en el hospital con derrame de bilis.

El Licenciado se está sirviendo al “Mashi” en bandeja de oro -dijo que le dejaba la “mesa servida”-, aunque dice que “no hay tal mesa servida, esa es la pura y neta verdad” y que “de a poco toda la gente va a ir abandonando su comportamiento ovejuno”. La oposición quiere comerse al Vicepresidente. El Licenciado marca distancia, le ha dejado casi sin atribuciones. Parece que es cuestión de tiempo para que lo eche a la jauría.

Yo creo que los columnistas, como el catoblepas, nos alimentamos de nosotros mismos, desde luego, utilizando también la imaginación, pero que muchas veces estos fondos oscuros de la personalidad son la materia privilegiada para escribir un artículo.