En caso de emergencia, rompa el “vidrio”

Ugo Stornaiolo

“No hay tal mesa servida… esa es la pura y neta verdad. Vamos a salir adelante, la condición económica del Ecuador es muy difícil. Se podía haber sido más mesurado al dejar cuentas en mejores condiciones”, dijo el presidente, Lenín Moreno, reunido con la comisión anticorrupción.

No pasaron ni 24 horas del viaje a Bélgica del caudillo para que Moreno levante la alfombra y muestre su decepción. Qué pasará cuando aparezcan otros problemas heredados por Correa, como la deuda con el IESS, el endeudamiento chino, las cuentas del derroche, el engrosamiento del aparato burocrático o el frenético y desaforado gasto público.

Ni hablar de la corrupción, mal característico del período que feneció, que se disipa con cortinas de humo, como el juicio político a Carlos Pólit o la prisión domiciliaria de Ricardo Rivera, tío de Glas. Se constata que hay legisladores y funcionarios leales al ‘correato’ que protegen a los involucrados, dilatando procesos.

Personajes que son parte del gobierno y la legislatura, involucrados en casos muy notorios de la ‘década corrupta’. Asambleístas, tíos, padres, hermanos, cuñados, esposos, novios o parientes. Una maraña de nepotismo corrupto, que surge como pus en un cuerpo infectado.

Preocupa que algunos responsables de la crisis sigan siendo parte del régimen, como consejeros sectoriales, ministros, gobernadores, gerentes, secretarios, asesores, embajadores, asambleístas o representantes, buscando influenciar al poder.

El presunto pacto con Bucaram -¿cuántos roldosistas sirvieron en el régimen ‘tecnoroldosista’ de Correa?- y los diálogos con la oposición que promueve Moreno son solo un parapeto para ocultar lo que parece evidente.

La ficción que Correa construyó ‘a punta de propaganda’ termina. Muchos creyeron (lloraron en Tababela) que el país estaba en marcha. Proclamó que “académicamente no estamos en crisis”, echó la culpa a los precios internacionales del petróleo y disimuló cuentas con deuda agresiva.

Entre tanto, Glas está contra las cuerdas. Su rol político fue reducido a la mínima expresión. El presidente no hace nada para protegerlo y pide que termine “el comportamiento ovejuno”. La pugna verde flex crece y Moreno sabe que “en caso de emergencia, deberá romper el ‘vidrio’”…

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