Audio y video

Freddy Rodríguez

La trama de la pestífera corrupción sigue develándose, y muchos de los hechos que los conocimos por las redes sociales, por denuncias o rumores, ahora llegan a nosotros en audio y video.

El anterior Contralor Carlos Pólit, exgutierrista, transmutado en correísta con la fe del converso, nombrado originalmente por el fenecido Congreso Nacional de 2007, como primero de la terna enviada por el exjefe de todos los jefes, y luego reelegido por aclamación por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, ese esperpento anti democrático de la novelera Constitución de los trescientos años, aparece en julio de 2016 en turbias conversaciones con un exfuncionario de la tristemente célebre empresa brasileña Odebrecht, mencionando entregas de dinero en efectivo y otras lindezas, conversaciones en las cuales el brasileño se “complace” por la ratificación de Pólit en el cargo de Contralor, asegurando Pólit que será el licenciado Lenín Moreno quien ganará las elecciones, y mencionando el brasileño que supuestamente el Vicepresidente actual habría sido beneficiario de algunas “cortesías” en todos los contratos, en las cuales también habría tenido su parte el tío querido.

Ni corto ni perezoso, el Vicepresidente se presentó ante los medios y, furibundo, parafraseando a Julio Jaramillo y su inmortal bolero “Niégalo Todo”, lo negó todo y dijo que no era cierto, que era una ruin venganza de los brasileños, por haberse negado altiva y soberanamente a participar en sus chanchullos (palabras más, palabras menos).

El señor Vicepresidente ha ratificado su absoluta inocencia, afirmando que ha sido el funcionario más auditado de todos los tiempos, pero resulta que quien lo auditó fue nada menos que el Contralor destituido, supuestamente implicado en el Odebrechtcidio, y actualmente residente en el imperio yanqui.

Mientras en Perú, por ejemplo, con similares elementos de juicio dos expresidentes están sindicados y con orden de prisión, por acá el fiscal Baca sigue buscando más elementos de convicción para extender las investigaciones a altos funcionarios, quizá una escritura pública, en la cual los presuntos implicados reconozcan sus culpas.