Delirios JG

Kléber Mantilla Cisneros

Con Rafael Correa o Alianza PAIS en picada y pulverizados, sin credibilidad y desenmascarados, el fraude de un exgobierno abusivo y mafioso podría reducirse a dos formas: monólogo y mausoleo, según apunta Octavio Paz. Monólogo cuando JG repite los acuerdos con los Bucaram para desviar atención, falta de lealtad a todos y creación de un nuevo partido para relanzar un triste correato en ciernes. Mausoleo cuando queda en trizas el partido oficial, se pelean los compadres y hay más denuncias apiñadas. Sálvese quien pueda porque alguien tendrá que llorar el cadáver.

Así nace la ‘esquizofrenia JG’ que podría matizarse desde un simple berrinche de complicidad, una grabación de audio probatoria, las máximas frustraciones cómplices de un dictadorzuelo desempleado y su banda de pillos, irreflexivos, sumisos y arrinconados. Las alucinaciones JG devienen entre estadísticas falseadas y una camisa de fuerza llamada Constitución. Estas les harían decir que no hay endeudamiento externo ni corrupción y más sueños de perro. O, capturar ideas delirantes para insistir que existió una década ganada cuando lo único certero es el listado de sobornados por Odebrecht. Incluso, la esquizofrenia JG podría causar trastornos de pensamiento: la renuncia voluntaria por concusión, cohecho o peculado. Negar el despilfarro tiene descaro y delirar persecución nocturna provoca exigir guardianía militar a toda hora o para algún escape desesperado.

Una herencia demencial causa rupturas aunque perdure la mentalidad ovejuna, mediocre, falseta, vanidosa y mentirosa; y, jamás se resigne a desaparecer. Esa horda inútil, reciclada en demasía, que arrastró consigo la máxima obsesión ideológica agreste de nuestros días, se perdió en el auto-engañó, AP y JG son lo mismo: las siglas de un descalabro ético.

Un referente que enriqueció a fiscales, jueces, contralores y demás pillastres. Un insultó y persecución a cualquier alma crítica mientras saquean fondos públicos a diestra y siniestra. Un atiborrar de funcionarios públicos acomplejados, de largas uñas incrustadas en bolsas de dinero. Una catástrofe llamada corrupción, una crisis monumental a la vista. Al final, la calamidad JG acarreó también al equipo Secom, Cordicom y demás punto com, al secretario jurídico, ahora embajador, y a cada fanático de las homilías mentirosas en sabatina. Mientras el presi Moreno sube como espuma, reacomoda fichas y se vende como el pacificador anti corrupción de todos.

@klebermantillac
[email protected]