Caja de pandora

Rogelio Morales Cattani

Según la leyenda griega, el Caos era una “masa confusa” que no diferenciaba agua, tierra y aire. En ese escenario la tierra no era sólida, el aire no era transparente y el mar no era fluido. Todo era un caos.

Cierto día, los Dioses decidieron separar la tierra del mar y al cielo de ambos. Había llegado la hora de la creación del hombre y fueron los titanes Epimeteo y Prometeo los encargados de cumplir con esa tarea, pero faltaba la mujer, que fue creada por los Dioses del Olimpo y la llamaron Pandora, obra de Zeus, a la que Afrodita le dio belleza, Hermes persuasión y Apolo música. Así fue enviada a la tierra para mostrársela a Epimeteo.

Cuenta la leyenda que aquellos titanes mantenían “una caja” y Epimeteo fue enfático en prohibir a Pandora que la abriera, pero la “curiosidad femenina” (o periodística), pudo más y cuando la bella dama levantó la tapa de dicha caja, se escaparon toda clase de males que comenzaron a azotar al hombre: crimen, envidia, robos, venganza, prepotencia, abusos. Al darse cuenta Pandora que cometió un error, rápidamente cerró la tapa, pero ya era tarde, porque todo se había esparcido por la tierra. Todo, excepto la Esperanza, desde entonces, mientras se conserve algo de ella, los males no podrán derrotar al hombre.

A los ecuatorianos nos queda poca “esperanza”, mientras una “rosa” desde la tarima pide que robe bien y una “bella” dama aparentemente cobra antes que sus colaboradores. Solo nos queda “Barcelona” y rezar a la Virgen de “Guadalupe” para que medie en su tocaya y le recuerde que comer de gula es pecado, peor desayunar, almorzar y cenar carísimo, con la plata de la gente.

En Ecuador seguramente se abrirán muchas “cajas de Pandora” y comprobaremos como políticos y empresarios de izquierda y de derecha, han venido ocultando en paraísos fiscales o caletas, el dinero bien y mal habido.

¿Si todo estaba claro porque ocultarlo …?

De tanto aclarar lo están oscureciendo más.

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