Conflictos agrícolas

Jorge Zambrano Andrade

Las realidades del reajuste agrícola han confirmado algunos de los beneficios anticipados principalmente con la configuración de un segmento próspero de exportación, pero también han puesto de relieve la destrucción y la difusión de la pobreza entre el grueso de los pequeños y medianos productores.

Entre las fallas de esa estrategia se cuenta el desmantelamiento intempestivo de las políticas de fomento y protección a los productores, así como su reemplazo incompleto y poco idóneo por instituciones de mercado. La falta de productos impidió la sustitución de las funciones de los viejos precios de garantía. No hay accesos al crédito semejantes a los de las instituciones gubernamentales anteriores, ni cuenta con mecanismos para limitar o siquiera anticipar las oscilaciones y los niveles de las tasas de interés en los costos de producción.

También se pasó por alto las muchas agriculturas del país que rechazan la uniformidad de las soluciones. A mayor abundamiento, la inversión estatal en el fortalecimiento de la infraestructura física del campo siguió gravemente decaída, así como los programas del combate a la erosión de tierras y la destrucción de los bosques. En casi todos esos casos, las superficies cosechadas han disminuido o permanecen casi constantes, esto es, la competencia externa ha provocado el abandono de las tierras menos productivas. Aun así, a lo largo del periodo 1990-2005 los rendimientos han quedado estancados o apenas se han acrecentado.

Como se aprecia, las fallas estructurales del campo han quedado pendientes. Si al menos se tomarán medidas sea para aprovechar o compensar fenómenos externos que ya comienzan a afectarnos.

Hasta hace poco, la importación de alimentos tuvo el doble impacto positivo de favorecer a los consumidores y desvanecer presiones inflacionarias asociadas a los mayores costos internos. Tal es el caso de los artículos citados en párrafo precedente cuyos precios al productor cayeron entre 9% y 33%, el cacao ha caído en más del 50% y todos los productos agrícolas igualmente

Entre 2000 y 2017 los precios internacionales en dólares de esos productos han subido entre 10% y 35%. En algunos casos, las existencias mundiales son bajas; en otros, la producción está afectada por los cambios climáticos.

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