Alianza PAIS debe aceptar la derrota. Su política ha devenido en despojos, desengaños y una caída abrupta del caudillismo manipulador y el desmerecido del apoyo popular. Por una década manejó, según el libro de Fernando Villavicencio ‘Feriado petrolero’, miles de millones de dólares que no potenciaron el desarrollo petrolero. La refinería de Esmeraldas y el abandono costoso de la Refinería del Pacífico, por dar algunos ejemplos.
¡Qué tal sí AP hubiese realizado elecciones sin sospecha de fraude! ¡Qué tal si no hubiesen existido las asambleístas sumisas que se sometieron a la mirada y al dedo acusador del autoritario exgobernante Rafael Correa! Mientras, el presidente Lenín Moreno acude a la Asamblea a proponer políticas de género que pueden ser compartidas y asumidas por las mujeres desheredadas, absortas con los altos niveles de desempleo y las cifras desorbitadas de la corrupción.
Dejarle la presidencia a Moreno sería parte de su espacio vital, para volver como presidente. Correa manifestó que estaba cansado del Ecuador y viceversa. Un próximo mandato sería una espada de Damocles. Ecuador se quedó con un alarmante déficit fiscal, las grandes empresas y la banca aumentaron sus ganancias. No hay el sabor de equidad que nos vaticinó.
Esperamos la Consulta Popular que eche al piso al Consejo de Participación Ciudadana y la reelección indefinida de las autoridades de elección popular. La situación del Vicepresidente es calamitosa. ¿Qué tal si es culpable de corrupción? ¿Dónde pondrán la cara los de AP? Fernando Bustamante afirma que siempre hubo diferencias y que la posición del Presidente no es novedosa. Si Jorge Glas es culpado por la Fiscalía debe ser sometido a un juicio político por la Asamblea y encarcelado. ¡Qué desagracia!
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