Liber Andrade Salazar
Al entretenimiento popular con la trama de corrupción orquestada por odebrecht y los inocentes funcionarios públicos involucrados, se suma la de Justicia. La oferta de meter las manos en la justicia se cumplió. Empezó con un oficio del Consejo de la Judicatura, amenazando a los jueces con destituirlos si aceptaban acciones de protección; bajo cualquier excusa destituyeron jueces y demás servidores de carrera bajo la figura del error inexcusable; los concursos de méritos y oposición sirvieron para designar jueces, fiscales, defensores públicos y notarios, afines a alianza país, con ciertas excepciones. Y bajo el argumento de evitar la corrupción, incrementaron los sueldos a jueces de un promedio de 2500,oo a 5000,oo dólares mensuales aproximadamente.
Los efectos están a la vista. Juicios contra entidades del Estado con sentencias mayoritariamente rechazadas o, apilados en nuevas cajas que desdicen del slogan “hacemos de la justicia una práctica diaria”. Juicios civiles contra opositores sean ciudadanos o entidades privadas con fallos y reparación integral económica astronómicas; juicios penales con sentencias que sirven para acallar la oposición; desmovilización de abogados con instauración de procesos sancionatorios y creación de gremios paralelos.
Sin embargo, los presidentes del Consejo de la Judicatura y Corte Nacional de Justicia, advierten que tenemos operadores de justicia independientes e imparciales, pero las últimas revelaciones dicen lo contrario. Por ello, debe convocarse al pueblo a Consulta Popular para que entre otras preguntas decidamos terminar las actividades de funcionarios y servidores designados por el Consejo de Participación Ciudadana y nombrar jueces que asuman el rol que corresponde, no dejando en la impunidad la corrupción, promoviendo así la paz social.