La historia… tras la historia

Por: Rocío Erazo

Hace 11 meses conocí, a un ser, de lejanas tierras, que en esos momentos creí, que era otro como cualquiera, sin embargo su don de ayuda, de ser y hacer llamó mi atención, y entre tantas conversaciones que se fueron dando a través de haber aceptado su “ayuda” en mi espacio de trabajo, fui escuchando interrogantes que hasta esos momentos no había alcanzado a preguntar.

Este extraordinario ser, que venía del ser y no del hacer responde al nombre de Ramón Ceferino Alegre, ciudadano del mundo nacido en Argentina, que hace 4 años atrás comenzó a desaprender y le dije Ramón? ¿Desaprender?, ¿a qué te refieres?, respondió- claro desaprender, desprogramarse, ver la vida desde donde todo ser debe experimentarla. Y comencé ¿Quiénes somos?, a lo que respondió Ramón: lo que queramos ser, el ser humano es una ilusión de la mente, que se cree dividida al resto, en una realidad ilusoria, fíjate dijo, Rocío, el ser humano no ha resuelto 4 paradigmas como “puedo o no puedo”, “debo o no debo”, “tengo o no tengo” y “sé o no sé” y dijo, estas preguntas deben quedar abiertas, para que cada uno las responda.

Otra pregunta que hice a Ramón fue ¿para qué estamos aquí?, contestó- según mi opinión y la de varios para experimentar el “no ser”, o sea el yo (ego). Seguí, preguntándole ¿Qué somos? contesto- para comenzar, Dios, es decir completos, divinos y perfectos, solo que nos cuesta tanto aceptarlo, porque cuando lo aceptamos hablamos de responsabilidad total; continuó hablando Ramón y dijo hablábamos antes de que no existe división entre los seres, quiero decir, que todos somos uno, una única fuente energética que vive experiencias basadas en una mente que sí se cree dividida, crea al Yo, con múltiples experiencias en una realidad ilusoria, a esa fuente que es perfecta, entera, total la han llamado, en la historia, tras la historia de diferentes maneras Alá, Dios, Buda, Crisna, fuente divina y bien, esta historia continuará y publicará un libro. ¡En hora buena!