Inclusión e interculturalidad

POR: Germánico Solis

Cuando se rememora el Inti Raymi, el sector mestizo a lo largo de la serranía, y mayormente en la provincia de Imbabura, se inmiscuyen, interactúan. Los copartícipes que no son indígenas, hacen uso de prácticas para coincidir en la celebración a la madre tierra y agradecimiento por las cosechas.

En Ibarra, la noche que celebra a San Juan, en el mes de junio, los mestizos visten zamarros, máscaras, ponchos y sombreros característicos del festejo, tocan guitarras, entonan flautas y hacen sonar los ancestrales cuernos o churos. Indígenas y mestizos al unísono corean canciones para la fecha, y últimamente bailan el sonado “zapateado”. Ambos grupos se fusionan, beben de las mismas redomas, chicha del maíz y una variedad de bebidas alcohólicas.

Danzantes y zapateadores, acometen las calles ibarreñas con una ruta trazada, avanzan desde muchos lugares para concentrarse en la av. Atahualpa y los enclaves de Caranqui, la noche se colorea con voladores, el jolgorio y comidas de la fecha. ¿Esnobismo? Quizá, como se señala, ¿una búsqueda de empatía de los políticos para captar votos? ¿Inserción?

En las fiestas septembrinas en la provincia de Imbabura, que se inician en Otavalo y terminan en Ibarra, los programas del Yamor, de la Jora en Cotacachi y de Fundación en Ibarra, salvo excepciones, los actores son mestizos. Las etnias negras e indígenas son espectadores, miran los eventos gratuitos y están ausentes en los pagados. En los pregones y en las elecciones de reinas, los grupos que no son mestizos, son vistos en extremo desde una visión desazonadamente folclórica, “que lindo vestido de la indiecita” o “que bonito el baile del negrito”.

Si bien la Constitución de la República habla de inclusión e interculturalidad, entendiendo la nación como un compuesto socio económico que suma los pueblos, habrá que esperar un largo trecho para que las nacionalidades integren un Ecuador ideal. En los eventos transmitidos por radio y televisión, es necesario que haya hombres y mujeres negros e indígenas comunicando con sus acentos y la lengua kichwa, será un paso para llegar a una estructura de nuestra nacionalidad.