Actores culturales opinan sobre la seguridad social para los artistas

Propuesta. En una rueda de prensa, Richard Espinosa, titular del IESS, y el ministro Raúl Pérez Torres, comunicaron la disposición. (Foto: MCyP)
Propuesta. En una rueda de prensa, Richard Espinosa, titular del IESS, y el ministro Raúl Pérez Torres, comunicaron la disposición. (Foto: MCyP)

Tres gestores culturales opinan sobre las ventajas y contradicciones del seguro social para los artistas. Coinciden en que faltan estudios técnicos.

A finales de agosto, el Ministerio de Cultura y Patrimonio (MCyP) y el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) informaron que los actores y gestores culturales podrán acceder a la seguridad social.

El ministro de Cultura y Patrimonio, Raúl Pérez Torres, indicó en una rueda de prensa, el pasado 30 de agosto de 2017, que el 66% de los afiliados al Registro Único de Artistas Culturales (RUAC) no cuentan con seguro social.

La propuesta busca que los artistas cuenten con jubilación por invalidez y vejez, montepío y cobertura para padres e hijos, seguro por discapacidad, régimen de salud, riesgos de trabajo, entre otros, beneficios.

Pérez Torres también indicó que los aportes podrían ser mensuales o cada cuatro meses y que la aportación será en función de los ingresos de los afiliados. La Hora consultó a personas que trabajan en el sector artístico y cultural sobre el tema, para que compartan sus opiniones y criterios.

‘Faltan estudios técnicos’

Paola de la Vega

Gestora cultural y catedrática

Hablar de economía, autogestión y arte y cultura resulta complejo. Los artistas y gestores culturales que trabajan en un empleo formal, en su mayoría, tienen un trabajo fijo, con su sueldo, en el sector público; otros se concentran en la academia. Es decir, nos subvencionamos el trabajo artístico desde otras actividades. Los fondos concursables son una lotería y dependen de las miradas de los jurados. Esa es nuestra realidad. En España, el sueldo promedio de una persona dedicada a la danza es de 600 euros, cuando el sueldo medio es 800 euros; alrededor del 15% del sector de las artes visuales pueden vivir de su arte; y la gente del teatro que vive de su arte se ubica entre el 8 a 10%. Hablo de la realidad de España para entender que ahí se manejan cifras, estudios, datos; algo que acá (Ecuador) hace falta. ¿Cuánta gente vive como artista exclusivamente? Eso se debería determinar… El seguro social se considera un logro, simbólicamente se entiende al arte como un trabajo y no como algo etéreo o un hobby. Es un gran logro, ¿pero qué sucede en la práctica? Obviamente, es interesante el que se pueda acceder a una jubilación, atención médica, un préstamo quirografario, al parecer, no se contemplaría el hipotecario; pero de dónde saldrán esos aportes. Se puede aportar mensualmente o cada cuatro meses como se propone. Esos parámetros son arbitrarios y no se rigen a un estudio. Insisto, se debe tener un estudio serio, mucho más en un aérea donde el trabajo es inestable, donde predominan los proyectos, donde la condición es precaria, de contratos temporales. Esperamos que no suceda lo del RUAC, donde no hubo un trabajo técnico, donde no se analizó los mercados culturales, los públicos y el trabajo artístico. Sin duda, el aporte del Estado a este sector es indispensable, pero por ahora hay más una sensación de decisiones por conciliación política.

‘Es necesario eliminar los apresuramientos’

Francisco Ordóñez

Presidente de la CCE Núcleo Pichincha

En los temas de la cultura es necesario eliminar los apresuramientos… Ahora se está pagando una deuda de apresuramientos que complican al sector, como sucedió con el Registro Único de Artistas y Gestores Culturales (RUAC). El entonces ministro (Raúl) Vallejo impuso que se ponga aquello a toda velocidad, sin que exista una norma técnica. El tema se debe tomar con más seriedad y responsabilidad. Este es un paso fundamental, pero con toda la técnica debida porque se debe saber dónde están los artistas, quiénes son los del sector cultural y cuáles son sus actividades… Hay que definir con claridad y técnicamente cómo se va a hacer el registro, porque a partir del RUAC se va a calificar y se puede ayudar a afiliar a quien lo merezca… Hay que entender que el artista está desarrollando una expresión cultural para el país y se les debe dar un apoyo económico. Hay que entender que los artistas no cuentan con una regularidad laboral. El Estado tiene la responsabilidad frente a un sector que produce un bien inmaterial… Hay entender que tenemos el acceso a la afiliación voluntaria, y debemos determinar en qué cambia para los artistas, que cuentan con una dinámica económica particular. El Estado debe responsabilizarse de este sector, donde los artistas, como todos los trabajadores, deben aportar aunque sea un mínimo, pero pensar en que se necesita un fondo nacional para la seguridad social de los artistas. Este fondo puede venir de regalías de algunos productos y servicios. El Estado, como representante de la sociedad, puede también invertir, generar un fideicomiso con ese fondo y obtener mayores ganancias. Es muy triste ver cómo terminan muchos artistas, y el seguro y jubilación son un derecho, una necesidad.

Gabriela Moyano

Galerista y gestora cultural

‘Lo importante es una institucionalidad real’

Primero, considero que sería importante el definir quiénes son los artistas, quiénes son los que pueden acceder realmente a este tipo de seguridad social. También hay que preguntarse si los curadores, quienes gestionan y promueven la cultura y el arte califican en esta propuesta. Pienso que estas cosas no se pueden determinar porque faltan estudios que demuestren la realidad y las condiciones de los artistas y actores culturales en el país. Por su puesto, un acceso a la seguridad social, como un resultado, por más idealizado, resulta beneficioso y justo. Ahora, hay que entender la carrera artística, la labor cultural, no es fija. Cuánto produce y cuánto gana o vende un artista. Por eso es necesario también, además de los estudios, el convocar a diálogos del sector para entender la realidad de la dinámica económica. En mi caso, he preferido aplicar a la calificación artesanal porque hay una normativa y una institucionalidad ya definida. Desde ahí aprendes mucho sobre legislación, derechos, moral y ética, incluido el plan de negocios. Es decir, te da una formación y herramientas constantes. Además, te guía en cuanto a los beneficios que puedes obtener al aportar en el IEES, te da prebendas en las ventas, ciertos beneficios en tus declaraciones e IVA, si tienes un local te exime de ciertos permisos. Obviamente, te limita en ventas, pero en ese caso, el de los artistas, no es nada grave por lo que realmente venden. Pero mira cómo con una institucionalidad bien formada, legal, puedes realmente beneficiarte: tienes capacitación constante, facilidad para importar materiales, facilidades para importar una prensa de grabado, acceder a préstamos. Esto lo maneja la Junta Nacional de Artesanos, que va haciendo cambios y veo que se actualiza. Entonces, eso te muestra que una propuesta bien encaminada podría realmente beneficiarnos y no solo proponer algo para quedar bien.