Agua potable y descanso seguro

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Esmeraldas, la capital, más los cantones Rioverde y Atacames, se hallan sin servicio de agua potable desde hace varias semanas y hay serio temor en la comunidad de que se desate más de una epidemia que conduzca a postrar en el lecho del dolor a muchos humanos o hasta la muerte. El problema es grave -no por falta de dinero- sino por la incapacidad de técnicos, mandos medios y obreros, según opina un profesional graduado en Europa y con amplia experiencia en manejo de maquinaria eléctrica y de agua potable.

A criterio del experto, el mal es de larga data, porque la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado ‘San Mateo’ ha sido entregada a personas no idóneas como botín político y a estas no les ha importado la suerte de la población, sino su beneficio particular. La entidad en referencia requiere de personal apto en todos los niveles y esto no ha acontecido en ningún peldaño, pues ni la administración ni el sector técnico han estado a la altura de las circunstancias. Cambiar a los principales de la entidad es imperativo inmediato, pero también debe hacérselo con los obreros y mandos medios, señala el entendido.

Otro asunto altamente negativo es el relativo a la demora que experimenta la obra de modernización del sistema de agua potable para los cantones Esmeraldas, Atacames y Rioverde, que marcha con una lentitud increíble, que no solo puede calificarse de tortuguismo, sino de cangrejismo (forma de caminar del cangrejo). La labor de tendido nuevo y reparación de la tubería se parece a la artimaña de Penélope para no contraer nupcias con ningún pretendiente hasta que Ulises retornase de cumplir su misión en la Guerra de Troya, cantada por Homero.

La mayor parte de esta urbe ha sido excavada una y otra vez, dando la idea de que la odisea proseguirá por largo tiempo y que los contratistas continuarán en su papayal, ganando dinero por cada día que retardan la tarea que paga el pueblo ecuatoriano, sin ninguna razón. Los esmeraldeños esperan que se ponga fin a este tormento de matarlos de sed y mantenerlos indefensos ante lo que la falta del líquido vital representa.

Un asunto adicional: ya es hora de que ECU-911 vele por la tranquilidad ciudadana, especialmente de Las Palmas, prohibiendo que cantinas, bares y automóviles con equipos musicales de alto volumen, diariamente intranquilicen a quienes habitan el sector, impidiendo su sueño. Más respeto para la gente que trabaja honradamente.