De un tiempo para acá, los artículos que publico, tienen relación al bienestar. ¿Por qué? porque he comprobado como seres que somos, que, sí, no conseguimos integrar el bienestar físico, emocional y financiero, no estamos completos; sin embargo, es un proceso para todos.
El fijarse como llevamos nuestra alimentación, es un buen inicio, de un cambio. ¿Te pregunto?, si tu cuerpo, que es la parte física, se encuentra mal, ¿Cómo se puede lograr llegar a un estado emocional óptimo? y peor aún llegar a un estado financiero ideal? Saber que ingresas a tu cuerpo, es básico, y por ejemplo ¿el azúcar, es bueno o malo? Estudios, muy claros y cifras muy reveladoras determinan que las bebidas azucaradas o el azúcar como tal, es el causante de diabetes, cáncer, obesidad.
Hoy por hoy, debemos fijarnos que bebidas y alimentos, ingerimos, el saber que aditivos alimentarios, contienen. Un aditivo alimentario, “es aquella sustancia que, sin constituir por sí misma un alimento, ni poseer valor nutritivo, se agrega intencionalmente a los alimentos y bebidas en cantidades mínimas con objeto de modificar sus caracteres organolépticos o facilitar o mejorar su proceso de elaboración o conservación”.
Hay mucha información que puedes consultarla en una página muy confiable, www.aditivos-alimentarios.com; donde muestra códigos que, están en etiquetas de productos y bebidas, que consumes a diario, sin mayor atención. Existe millares de ejecutivos sedentarios angustiados por el colesterol y obsesionados por la báscula del cuarto de baño.
El exceso de grasas, de harinas, de azúcar, de alcohol, y en consecuencia la obesidad y el infarto cardiaco son problemas reales, estéticos y de salud, para un buen sector de la población donde dicen “lo que no mata, engorda” y a la final no se sabe que es peor. El reconocer ¿cómo te estas alimentando natural o artificialmente?, es un paso y algunos estamos haciendo una transformación radical de los hábitos alimenticios ¡Atrévete y verás!