Triunfalismo peligroso

César Ulloa

El exceso de triunfalismo puede provocar un ‘chuchaqui’ con clínica incluida cuando se trata de una contienda electoral. En otras palabras, no hay contrincante débil, peor aún si el ala del correísmo sigue bloqueando la fiscalización de los casos de corrupción. Lo anterior hace referencia específicamente al escenario de la consulta popular, donde todavía no se conocen los temas y peor aún las preguntas que propondrá el Presidente, aunque en sus declaraciones deje abierto un conjunto de expectativas y señales alentadoras para la oposición, aunque ahora también se inscribe en la oposición un segmento de Alianza PAIS.

La consulta popular no solo debe sostenerse por el extraordinario momento que goza Moreno en sus altos niveles de aceptación y credibilidad, sino y sobre todo, por la posibilidad de construir un acuerdo de gobernabilidad a mediano y largo plazos con una agenda mínima desde la pluralidad de sectores de la sociedad e, incluso, con el movimiento político que preside.

Eso significa que Gobierno y oposición deberían sobrepasar sus aspiraciones electorales del 2019 y trabajar en mejorar la salud de la democracia en lo que se refiere a la independencia de funciones, muerte civil a los corruptos, consolidar un estado de derecho, fomentar la participación política y propender a la configuración de un sólido sistema de partidos.

Esta consulta no puede limitarse a una competencia entre Rafael Correa y Lenín Moreno, sino en la discusión y puesta en marcha de un nuevo modelo de Estado, es decir una de las primeras condiciones para ganar la consulta y fortalecer la democracia será dejar de lado la personalización de la política y todo lo que significan los históricos elementos ‘identitarios’ de caudillismo más populismo. No es una segunda vuelta, es un país que se mira hacia delante de otra manera y no quiere polarización.

Tampoco esta consulta puede ser un cajón de sastre, donde las propuestas no aceptadas provoquen resentimientos, más bien que esta etapa de transición devenga en grandes acuerdos. Sin embargo, no pensemos que el pasado desaparecerá de un solo tajo… A dejar el triunfalismo y pensar la estrategia.

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