En Imbabura mantienen la tradición de elaborar alpargatas a mano y de cabuya

Tradición. Las manos hábiles para la elaboración de las alpargatas.
Tradición. Las manos hábiles para la elaboración de las alpargatas.

Se trata de emprendimientos que ayudan a mejorar la economía de hogares en Otavalo.

Redacción OTAVALO

Desde muy temprana edad María Morales, una mujer kichwa de Otavalo, aprendió de su padre el arte de elaborar las alpargatas de cabuya.

En su humilde vivienda, ubicada en el barrio Imbaqui de la comunidad de Peguche-Otavalo, tiene su pequeño taller donde todos los días se sienta en una estera para preparar la materia prima y diseñar el tamaño del alpargate.

María dice que la cabuya es la materia prima principal que se utiliza para confeccionar estas prendas. La cabuya es una fibra totalmente natural con la cual se confecciona la trenza, para luego proceder al urdido, que consiste en ir enrollándola hasta darle la forma de la suela. Una vez lista se le cose a mano con la lona. A este proceso se le conoce como remonte, que es la parte final de su elaboración.

Proceso. Paso a paso va tejiendo la cabuya para darle forma a la alpargata.
Proceso. Paso a paso va tejiendo la cabuya para darle forma a la alpargata.

Trabajo duro

Según María, hacer un par de alpargatas demora todo un día, desde la preparación de la cabuya hasta tenerla lista para la venta. “Es muy duro el proceso”, dice.

El precio depende: si es de mujer cuesta 15 dólares y para hombre 25 dólares. “El valor no varía por el tamaño de las alpargatas porque todas son muy laboriosas para hacer”, dice la artesana.

Cuenta que antes vendía las alpargatas en un puesto en el mercado de Otavalo, pero por las bajas ventas optó por cerrarlo y comercializar su producto en su propio taller. Sus clientes son sus vecinos del barrio, pero también los vende bajo pedidos a clientes que ya la conocen. Hay ocasiones en que llegan grupos de turistas a su taller en busca de estas artesanías hechas a mano.

“Existen temporadas donde se tiene más pedidos como son las fiestas del Pawkar y del Inti Raymi. En esos caso me toca trabajar las noches hasta los sábados y domingos”, afirma María.

Buen producto

“Mi trabajo es garantizado, el tiempo de duración de este producto es de un año. Ninguno de mis clientes se ha quejado por la mala calidad, siempre han vuelto por otro pedido. Acá en Peguche soy la única que se dedica a esta artesanía”, señala María.

Además dice que los extranjeros son quienes aprecian más su trabajo, los mismos que han llevado su producto a países de Europa y de Asia.

En la actualidad María se encuentra estudiando. Dice que otro de sus sueños es salir al extranjero para hacer conocer su artesanía, y para ello tiene el apoyo de su esposo que es otro artesano dedicado a la elaboración de telares.

Comenta que a su pareja nunca le gustó este arte de hacer alpargatas de cabuya, sin embargo siempre estuvo de acuerdo con esta tradición familiar. (PMHR)

Quiere que sus hijas aprendan

Con una sonrisa en su rostro María manifiesta que uno de sus sueños es enseñarles a sus hijas este oficio para que esta tradición no se pierda. Relata que de su familia ella es la única a la que le gustó el arte que heredó de su padre, por lo que se siente orgullosa.