Primero más policías a las calles

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

La alarma que vive Guayaquil debido a la delincuencia no tiene límites. Asesinatos, atracos a mano armada, violaciones sexuales, agresiones de toda laya y más actos contra el prójimo se producen a diario y no hay límite para el salvaje comportamiento de los desadaptados sociales. El Ministerio del Interior anuncia que va a incrementar el personal policial para luchar contra el hampa, mas…

No se trata de poner más policías en los cuarteles. Tampoco de mejorarles el salario ni dotarles de locales más cómodos para su labor y descanso. Lo procedente es ubicar a los uniformados donde se los necesita. Y a ellos se los requiere en las calles y plazas, junto al pueblo. Donde hay gente morando, en los hogares u oficinas. Transitando por las veredas y calzadas. Recreándose en los parques y otros lugares de esparcimiento. Las cámaras de control que captan la acción de los facinerosos y hasta los identifican claramente son una buena ayuda para capturarlos… algún día.

Pero se requiere algo más: prevenir el delito, que es lo aconsejable. Que cuesta mucho dinero incorporar más policías para que vigilen en “vivo y en directo” a la gente, es indudable.

Pero de esa manera es que se actuaba antes de contar con las modernas tecnologías electrónicas y los delitos eran menos frecuentes que ahora. Por las calles del país transitan mujeres embarazadas, minusválidos, adolescentes y niños provistos de pequeñas fundas y la mayor parte de ellos son expendedores de drogas que cumplen con su “negocio” como si estuvieron repartiendo rosarios para misas. Claro, no existe un solo policía en donde corresponde para averiguar -por lo menos- qué carga “el comerciante” en las bolsitas portadoras del veneno letal que corrompe a toda la humanidad.

Se ha escuchado la propuesta presidencial de construir un nuevo puente en el puerto principal, que atraviese el río Guayas, obra que es necesaria para tan valiosa y bella urbe, a un costo de cerca de 900 millones de dólares, iniciativa loable y con la cual todo el Ecuador está de acuerdo. Pero tal proyecto podría esperar cierto tiempo, luego de que una inversión de esa envergadura se destine al incremento del personal policial para defender a la población de la zona de la agresión de ladrones y asesinos que ahora la tiene al borde del acabose.

Los medios de control electrónicos no deben dejar de utilizarse, no estamos proponiendo aquello, porque sabemos que constituyen una ayuda importante para luchar contra el hampa, individual y organizada, pero no habrá ninguna medida, por muy avanzada que fuese, que reemplace al policía, quien ahora debe retornar al lugar donde antes transitaba, junto al pueblo, como amigo de los parroquianos, igual que en un no muy lejano pasado.