No se mata la verdad…

Roque Rivas Zambrano

Junto a su foto está la frase: “No se mata la verdad matando periodistas”. Seguido: “Exigimos verdad y justicia para Miroslava Breach”. Este cartel se colocó en la Cruz de clavos, monumento al frente del Palacio de Gobierno de Chihuahua, en México, para que el asesinato de Breach no quede en la impunidad.

Miroslava fue una reportera aguerrida e incómoda. Estudió Ciencias Políticas pero se dedicó al oficio por más de 20 años. Era reconocida por sus investigaciones en casos de corrupción política, abusos contra derechos humanos, agresiones contra comunidades indígenas y violencia de cárteles de narcotráfico.

Hacer bien su trabajo le costó la vida, al igual que a más de 100 periodistas mexicanos, desde el 2012, según la organización Artículo 19. El 23 de marzo de 2017, cuando estaba en su auto, alistándose para dejar a su hijo en la escuela, recibió ocho balazos.

Seis meses después del hecho, Javier Corral, gobernador de Chihuahua, declaró que la investigación vinculaba al grupo delictivo ‘Los Salazares’, brazo armado del cártel de Sinaloa, como autores intelectuales del asesinato y que el móvil fue una venganza.

El 13 de octubre algunos medios e instituciones se aliaron para lanzar un premio que llevará el nombre de Miroslava Breach y que busca destacar textos académicos y periodísticos que indaguen sobre el tema ‘Sistemas de poder y violencia contra periodistas en América Latina’.

Este reconocimiento, cuyas bases y condiciones están en la página de Clacso (http://www.clacso.org.ar/), busca ser un llamado de atención a las autoridades, que no siempre investigan los homicidios de periodistas, y un recordatorio de que la verdad saldrá siempre a la luz, aun cuando pretendan ocultarla eliminando cobardemente a reporteros valientes.

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