Lloriquear y lavarse las manos

Salvatore Foti

A los tiempos volvemos a asistir a una pugna de poder tan dramática y visible entre los grupos políticos y, tal vez, económicos del país. La escisión de AP y la repentina creación de partidos y movimientos políticos como ‘Democracia Sí’ y ‘Somos Ecuador’ lo evidencian. Se da mucho peso a las cuestiones políticas y se olvidan temas que preocupan a la gente, como la creación de trabajo y la reactivación económica.

Solo veo pesimismo y ataques que contribuyen de manera innecesaria a alertar e intranquilizar a la sociedad que, en cambio, necesita se le hable de soluciones y de prosperidad. Se fiscalizan las obras anteriores y no se habla de las venideras; se dice de cuán mal estamos y no se explican cuáles son la políticas públicas que se van a adoptar para mejorar la situación.

A los políticos solo les interesa la política y la consulta es lo único que están mimando y preparando para después darnos más noticias negativas y contarnos las verdades sobre nuevos impuestos y sacrificios que deberemos enfrentar. No entiendo por qué nadie habla de las cosas buenas que también están pasando.

El precio del petróleo que no solo se ha estabilizado hace rato en los 50 dólares, sino que en estos días ha alcanzado hasta los 60 dólares por barril, es algo que no ocurría desde hace mucho tiempo y que debería alegrarnos a todos, pues permite ‘hacer’ en lugar de quejarse. ¿Deberemos esperar que nos hablen de lo que están haciendo y seguirán haciendo por el país? ¿Están seguros de que nos interesa exclusivamente la consulta?

Tampoco se habla de los paros que se producen en todo el país, especialmente en Dayuma, ni del dinero electrónico entregado a los bancos o de un plan para aumentar el empleo. Están más preocupados del juicio a Jorge Glas quien, por si acaso, ganó junto con Moreno y AP. Sin cansarse de hablarnos de fiscalizaciones a Yachay y otras obras. Cuestionando lo que alguien más hizo y prometen lo que todavía no se ve. A este Gobierno le encanta lloriquear y lavarse las manos, pero muchos queremos que se empiecen a solucionar problemas. A trabajar se ha dicho.

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