LIBER ANDRADE SALAZAR
Empezó la campaña electoral en Santo Domingo. Un Prefecto con 10 años en el poder y ante escaso apoyo rural, hoy aprovecha las festividades de provincialización para no perderse un acto oficial y así ganar adeptos citadinos para acceder a la Alcaldía. Una exalcaldesa con apariciones públicas recientes y, que a decir de ella, varios de sus allegados fueron los corresponsables del traspié electoral anterior, cuando fueron sus decisiones improvisadas secundadas por concejales que no fiscalizaron y legislaron, los que llevaron a una forma de gobernar nada plausible para los sectores populares.
Un exconcejal hoy denominado candidato constructor que en su afán de ser favorecido con el voto popular para la Alcaldía se da el lujo de enviar maquinarias al sector rural para apertura y mantenimiento de caminos ante la inercia de la Prefectura, cuyas acciones bondadosas seguramente serán retribuidas a muy buen costo. Un Alcalde vigente que no le disgustaría una reelección, muy a pesar de que su gestión nos ha quedado debiendo al no articular y concretar un verdadero plan de gobierno que sitúe a la ciudad en la tercera más importante del país.
Asambleístas en funciones que no les afligiría participar como candidatos a la Alcaldía, aprovechando que su ex jefe salió del país y propició la desunión de la tan demacrada revolución ciudadana con cuentas en contra por la corrupción galopante. Exasambleístas principales y suplentes incapaces de liderar la creación de la Universidad para Santo Domingo, mal podrían dirigir los destinos de nuestra ciudad.
Si oficializan sus candidaturas y en el evento de ganar no serán solución, debiendo la ciudadanía trabajar con hombres o mujeres que libres de pecado en corruptela, sean alternativas válidas para liderar la Ciudad y Provincia que quisimos todos y no unos cuantos.