Latinoamérica de celebraciones

POR: Rocío Erazo Benavides

La costumbre de honrar el Día de los Difuntos, o muertos, es una tradición que se celebra desde tiempos muy antiguos.

El libro “La adoración de los difuntos”, de Colonel J. Garnier, señala a este origen en que “las mitologías de todas las naciones antiguas están entretejidas con los sucesos del diluvio, el vigor de este argumento está ilustrado por el hecho de que una gran fiesta de los muertos en conmemoración de ese acontecimiento se observa, no solo en naciones que más o menos se encuentran en comunicación entre sí, sino también en otras extensamente distanciadas, tanto por el océano como por siglos de tiempo. Además, todos celebran esta fiesta más o menos el mismísimo día en que, de acuerdo con el relato mosaico, tuvo lugar el diluvio, a saber, el decimoséptimo día del segundo mes… el mes que casi corresponde con nuestro noviembre”.

Por tanto, estas celebraciones en realidad comenzaron como una fiesta para honrar a personas que, debido a su maldad, habían sido destruidas por Dios en los días de Noé (Según Génesis).

Por ejemplo en el centro y sur de México y en algunos países de América central como en El Salvador, esta celebración se combinó con elementos de indigenismo, que acompaña al altar de muertos, un sin número de adornos florales acompañados de la comida favorita del difunto. En Ecuador, Perú y Bolivia se acostumbra intercambiar las guaguas de pan con colada morada, que también son dejadas en los cementerios. Pero, ¿qué significado tienen las guaguas de pan? Antiguamente eran elaboradas con zapallo, como tortillas cocidas en tiesto, por lo que ahora se conoce como guagua de pan es una representación de un muerto amortajado que tenía diferentes formas para que los niños los decoren en forma de palomas, soldados, cuyes, en fin.

¿Por qué se consumen ambas en esta temporada? La colada simboliza el alimento para el viaje ancestral y la guagua simboliza a nuestro ser querido.

¿Celebraciones?