Obras que tardan demasiado

POR: EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Muchas personas que transitan por las vías de acceso y salida de esta capital provincial se sienten molestas con el comportamiento de las autoridades correspondientes por no llevar a cabo ciertas obras indispensables, cuya falta ya ha causado más de un accidente trágico, con resaltados dolorosos para algunas familias locales y turistas. Se trata de los “redondeles” de El León y Vuelta Larga que esperan varias décadas sin que nadie se de por enterado.

Durante muchos años desde su erección como villa o ciudad española, que ocurrió el 21 de septiembre de 1525, según el clérigo e historiador Miguel Cabello de Balboa, Esmeraldas ha caminado a paso de tortuga, sin embargo de que en 1563, por mandato de la Cédula Real, expedida por Felipe II, rey de España, al crearse la Real Audiencia de Quito, se instituyó la provincia de San Mateo de las Esmeraldas, que comprendía la hoy Santo Domingo de los Tsáchilas y los territorios de Tumaco, Pasto, Popayán, Cali, Buenaventura y otras zonas, con una extensión cercana a los 150 mil km2, gran parte de la cual se quedó en poder de Colombia, a raíz de la separación del Departamento del Sur de la Gran Colombia, en 1830, al formarse la república del Ecuador.

Nuestro contacto con el mundo era exclusivamente por vía marítima y más con la nación de Nariño que con la nuestra, pues, llegar a Guayaquil representaba 15 o más días de navegación en velero, hasta bien avanzado el siglo XX, cuando asomaron las naves de vapor. La carencia de vías carrozables empezó a subsanarse después de los años 60 y el servicio aéreo a partir de una década anterior era esporádico y de costo elevado. Es desde la presidencia del general Guillermo Rodríguez Lara en 1972, cuando empieza a construirse vías carrozables y puentes al interior de esta provincia, se concluye la primera parte del puerto comercial de Las Palmas, la terminal petrolera de Balao y la refinería de La Propicia, mientras que en los últimos 15 años se avanza en otras obras como los puentes a Tachina, la perimetral complementaria y el malecón y balneario de Las Palmas.

Es decir, recién esta región está recibiendo la recompensa de su aporte determinante al desarrollo de la nación. Sin embargo, las pequeñas cosas que corresponden a los nuestros se están dejando desatendidas, lo cual no es correcto. Es menester que los “redondeles” de los cuales se viene comentando desde hace largo rato

-de modo especial los choferes profesionales y aficionados- se lleven a cabo ahora y no queden para las calendas griegas. No dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, recomienda la razón y el equilibrado juicio. Esmeraldas tiene categoría de urbe y provincia turística, que merece ser atendida para sus habitantes y también para quienes nos visitan.