Así tituló la carta que fue escrita en marzo del 2016 desde Ginebra, por el Presidente del Ecuador, Moreno. En una primera parte “felicitaba a los adherentes por su participación activa en este gran esfuerzo de construcción y pensamiento colectivo.
Este proceso nos dará las grandes líneas de acción de gobierno que deberán consolidar los avances de la Revolución Ciudadana mirando hacia el futuro, con una evaluación autocrítica y con ideas innovadoras, basadas en la experiencia de estos años y en las actuales condiciones económicas, políticas y de la coyuntura internacional”, dice; en otra de estas 23 “reflexiones generales”, en la tercera dice que debemos preguntarnos, ¿Qué nos ha alejado de algunas organizaciones de mujeres? ¿Qué nos ha alejado de sectores del Movimiento Indígena? ¿Qué nos alejado de algunos sectores de organizaciones ecologistas?; en la reflexión octava en cambio dice “nuestras estrategias de comunicación y de formación política no han sido suficiente para transformar al individuo.
Hemos fallado en formación política desde el Movimiento, desde las instituciones públicas y desde las estrategias de comunicación”. Bien luego de plasmar algunas de estas reflexiones, les invito queridos compatriotas a analizarlas, deteniéndose a revisar a los denunciólogos que han aparecido en estos últimos meses, queriendo que se les condecore como salvadores y lo más simpático y hasta ridículo diría, es que son del mismo movimiento, que han esperado 10 años para hacerlo, no les parece, ¿que estos han callado por mucho tiempo? Para completar en estos días se lanza a la Asamblea Nacional la ley Moreno, que dentro de todo el adobo que mantiene, se está intentando crear un impuesto a las reservas e inversiones de los bancos privados y de aprobarse esta ley se crearía el bimonetarismo irresponsable porque aparecería el dinero electrónico. Dos cosas deben mantenerse sagradas: 1.la estabilidad del sistema financiero y 2. La dolarización. Ese es el reto!