Mayra Aguirre Robayo
La metáfora de la duda socrática capea día a día en la coyuntura nacional. El presidente Lenín Moreno, con apoyo de los ecuatorianos a su convocatoria de la consulta popular, arremete contra el expresidente en la reunión binacional con el Perú. No escatimó esfuerzos en comentar que en nuestro país aún no hay ningún Presidente preso… ¡pero que no pierde la esperanza! La tranquilidad que hemos experimentado en el país vale la pena agradecerle al actual mandatario. Ya no existen persecuciones, allanamientos, apresamientos a quienes no concuerdan con el poder central.
La Contraloría General del Estado confirmó responsabilidad culposa de Jorge Glas por la explotación petrolera del bloque Singue, en procesos contractuales de prestación de servicios del Estado y el consorcio DGC, y pidió la destitución del segundo mandatario, y al parecer, es el Consejo Nacional Electoral quien debe ejecutarla. El Fiscal General de la Nación acusa a Glas de haber recibido 13,5 millones en coimas a través de su tío y depositado en el exterior, en sobornos de asociación ilícita con Odebrecht, que involucra a los proyectos: Trasvase Daule-Vinces, Manduriaco, Refinería del Pacífico, entre otros.
El ruido contra la corrupción de la famosa “década ganada” no termina. Fernando Villavicencio en una cita personal con Lenín Moreno está dispuesto a entregar toda información sobre contratos petroleros. Como periodista de investigación se homologa con Juan Carlos Calderón y Cristian Zurita, quienes investigaron los negocios de Fabricio Correa y fueron acusados de agentes de la CIA.
Los tributos y aranceles molestan a la clase media y a empresarios. Sostenemos aún la adiposidad del Estado correísta, que ha marginado a jubilados, el 33% de niños aún están desnutridos, el 42% de las cárceles están hacinadas y el endeudamiento no para. ¿Este régimen está afectando a la dolarización? ¿O será que Lenín le sigue al conejo en su agujero (como Alicia en el país de las maravillas) para salir del desconcierto al que nos ha sometido a los ecuatorianos con sus medidas paradójicas.