Rafael vuelve

CARLOS CONCHA JIJÓN

Volver, quien intentó perennizarse en el poder metiendo las manos en la justicia de una manera insolente bajo el dominio de su ego, resulta un atrevimiento vergonzoso de autoritarismo, que mancharía una vez más las páginas de la historia. No regresará porque las páginas de la historia llevan huellas imborrables de tragedia y vileza, escritas con la iracundia de Rafael, transformado en tirano y sembrando el horror con la máscara de la hipocresía.

No creo que vaya a volver, porque en su mandato aulló como fiera voraz persiguiendo a sus presas, que fueron sus rivales políticos y aquellos que no coincidieron con sus ideas, implementando sus propias leyes, con el terror impositivo, usurpando todos los poderes del Estado. No creo que vaya a volver, porque carga en su conciencia los actos más execrables de corrupción jamás registrados y conocidos por el pueblo ecuatoriano, que hoy siente, condena y rechaza aquellas acciones reñidas con la correcta convivencia social, que dejó huellas profundas como fosas, en donde sepultó la moral, porque hizo trizas la filosofía ética.

No regresará porque en su estrafalario y agresivo vocabulario flameó la bandera de la discordia, confrontación y demagogia, con una retórica, mentirosa, engañando al pueblo ecuatoriano. No regresará, porque condenó abusivamente al cadalso la libertad de expresión. Hoy los olores pestilentes de la desgracia nos abruman, cuando el director de la orquesta sinfónica del toma y daca está ausente, mandando dardos venenosos desde su exilio, que causan estupor, cuando con cinismo de naturaleza propia defiende su obra de tragedia.

La fantasía del engaño se derrumba ante los ojos tristes de los ecuatorianos y la verdad flota lacerante cuando después de diez largos años de la misma cantaleta estamos en peores condiciones, exigiendo justicia por las heridas infringidas a la Patria.

[email protected]