La energía que poseen la recogieron durante los millones de años de transformación de la Tierra.
En el planeta existen miles de piedras preciosas de diferentes colores y tamaños. Estas, en el transcurso de los millones de años que tiene la Tierra, han ido acumulando energía, la misma que ha sido aprovechada por los seres humanos desde tiempos inmemorables para restablecer el cuerpo.
Estas poseen poderes efectivos y de ellas se han servido las personas para conseguir calma, relajación, para conectarse con los sentimientos espirituales, para tener una mejor comunicación y conseguir una protección sicológica.
Las piedras que se encuentran dispersas por el planeta son de diferentes colores y tamaños y cada una, de forma individual o en combinación con otras, son usadas para desechar la negatividad que hace que el cuerpo se enferme. “Pienso que la enfermedad no existe sino que somos nosotros los que la atraemos al cuerpo con nuestra palabra y acciones”, asegura Amadora, el seudónimo con el que esta mujer, conocedora del poder que tienen las piedras, prefiere que se la llame.
Lo natural
Las piedras provienen de la naturaleza y están formados por campos vibracionales que incluyen diferentes tipos de emisiones energéticas (luz a través del color, la electricidad, el calor, el sonido, el magnetismo, el electromagnetismo…).
Esta energía la irradian en el lugar donde se encuentren, afectando de forma directa o indirecta a todo aquello que les rodea. Las reacciones en las personas pueden ser las mismas o diferentes en cada una de ellas.
Amadora manifiesta que las experiencias de cada persona con las piedras son diferentes. “Aprendí a experimentar con las que he tenido en mis manos; a diferenciar sus cualidades y a dejarme llevar a su mundo maravilloso donde, a través de la quietud, he podido comunicarme con esferas superiores y poder llegar al ‘Yo’ o a mi ser superior”.
Cada uno tiene diferentes expectativas -dice la experta-, pero con la luz del cristal es posible experimentar, curar bloqueos emocionales, ir a vidas pasadas, efectos espirituales, eliminar lo negativo.
Atendiendo requerimientos
Amadora tuvo su primera experiencia cuando, hace algunos años, le ayudaron a desestrezarse, descansar y meditar con el uso de cuarzos. “Eso reconstruyó todo mi ser”.
Estudió con Katrina Raphaell, a quien se le atribuye la modalidad de curación colocando piedras y cristales en el cuerpo. Aprendió a curar el aura, el alma… “A veces un grito, un choque de emociones puede ser la causa de un cáncer de aquí a 10 años… un maltrato, una palabra mal usada, una ofensa… desencadena en un desequilibrio”, asegura.
Y añade que son muchas y diversas las aplicaciones que se realizan con el poder de las piedras.
Dependiendo de las necesidades y características personales, unas s serán más beneficiosas que otras, conluye. (CM)
En conexión con los chakras
° Los chakras son ruedas de energía. Hay muchos, pero los principales son alrededor de 15. De estos, 7 son los más nombrados, porque se los relaciona con los 7 colores del arco iris y con el “maravilloso número 7”, explica Amadora.
El chakra 1 está en la base de los pies, es el chakra tierra. Ayuda a pisar bien, a asentar las vidas y las emociones. Se usa los colores café y negro, como la obsidiana.
El chakra 2 o chakra sexual está en el área pélvica y es donde nace la vida, es el centro creativo. Se usa el color rojo.
El chakra 3 o plexo solar se lo identifica con el amarillo o el ojo de tigre. Es el chakra que recibe todas las emociones.
El cuarto chakra o del corazón, para el que se usa el verde y el rosado, es del amor y tiene relación con la glándula del timo.
El quinto chakra es el de la garganta o el de la verdad, porque mediante este se habla y se emite el sentir o también se calla.
El chakra 6 o del tercer ojo se identifica con el violeta, como la amatista, fluorite morada. Permite ver el más allá, ver con el alma.
El chakra 7. El cristal, lo superior, lo trasparente, la recopilación de todos los colores en uno solo, cuarzo transparente.