Rodrigo Santilán Peralbo
El principio ‘indubio pro reo’ o de favorabilidad es un recurso que en caso de duda de las evidencias o pruebas, el tribunal que juzga al acusado debe estar a favor del reo y aplicar las disposiciones legales que más le favorezcan; pero en la sentencia condenatoria a Glas, su tío y otros procesados por el delito menor denominado asociación ilícita, el Tribunal basó su fallo en la enorme cantidad de evidencias presentadas por la Fiscalía, de tal manera que no hay argumentos valederos para que se les aplique el principio de favorabilidad que podría dejarlos en libertad condicionada.
Más allá de las discusiones jurídicas, este pueblo que ha sido engañado por tanto tiempo, y que ha sido testigo de una justicia subordinada al poder político, ya podría comenzar a recuperar confianza en algunos jueces y fiscales que, si actuaran con dignidad y dentro del derecho, darían paso a la investigación inmediata de otros delitos conexos a la asociación ilícita como son cohecho, peculado, enriquecimiento ilícito, concusión, tráfico de influencias, delincuencia organizada, testaferrismo y lavado de activos citados por el mismo Tribunal.
Si la Justicia tratara de recomponer su desdibujada imagen, podría combatir la corrupción generalizada en la “década robada”, y dejar en libertad a Fernando Villavicencio, Cléver Jiménez, a los veedores Chambers y Portillo ya indultado, a todos los dirigentes sociales perseguidos por el correato y archivar los enjuiciamientos propuestos por los denunciados en contra de la Comisión Nacional Anticorrupción.
La sentencia para Glas y compañía sólo es el principio de la lucha a fondo que todo el pueblo debe emprender contra los delincuentes que saquean sus recursos ya sea que estén en el gobierno o enquistados en todos los niveles del Estado.