‘La hora Glas’

Salvatore Foti

Resulta evidente que está por lanzarse la jugada final en contra de Jorge Glas, quien desde un principio fue visto y percibido como el peldaño necesario a subir para llegar al mismo Rafael Correa. Si hacemos un corto resumen podemos observar que su juicio tiene sentencia (aunque sea en primera instancia) por asociación ilícita y ya mismo se está confeccionando su juicio político y su pronta destitución del cargo.

A todo esto hay que añadir que al Vicepresidente también se le organiza la apertura de más acusaciones, entre las cuales se contempla la acusación de peculado, lo que haría mucho más severa la actual sentencia en el caso de expedirse un dictamen de culpabilidad. Un panorama jurídica y políticamente muy nefasto que podría llevarlo, más temprano que tarde, a una cárcel regular sin ningún privilegio. Se empieza a ejercer ahora más que nunca una presión descomunal sobre Jorge Glas y esto debe tener fines políticos de largo alcance, puesto que es, sobre todo, un juicio político, le duela a quien le duela.

Lo que se pretende podría ser entonces que Glas empiece a hablar sobre más involucrados en el caso de corrupción de Odebrecht, tal como ha ocurrido (y sigue ocurriendo) en otros países de la región, donde los cargos de primeros mandatarios están puestos a prueba. El espectáculo debe continuar y más aún cuando se acerca la consulta, pues tal vez los opositores quieran evitar el regreso de Correa, quien hará su campaña por el no.

A lo mejor se lo quiere involucrar a toda costa dentro del proceso judicial. Una confesión del Vicepresidente sería la mejor solución para el actual gabinete. Garantizaría el aniquilamiento definitivo del correísmo y un mayor poder institucional para los tres años que le faltan en el poder.

A Correa se le quiere mandar mensajes para que, antes de volver en enero, piense en posibles y graves consecuencias que podrían llevarlo incluso a la cárcel, acabando de esta manera con su imagen de revolucionario. ‘La hora Glas’ ha llegado y seguramente inaugurará muchos más cambios, sorpresas e imprevistos para propios y extraños. Y la mayoría se darán desde enero.

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