Dos caras de tuco

Por: CARLOS CONCHA JIJÓN

No podrían ser identificados de otra manera, quienes aparentaban ser gobernantes, el uno dictadorzuelo y el otro chupa medias, que manejaron a su antojo el país ocasionándole daños gravísimos en todos los aspectos: social, económico, político, etc., para lo cual no tuvieron respeto al pueblo ecuatoriano, más bien obraron despóticamente e irreflexivos.

Fueron el eje dinámico del desgobierno durante los casi once años de esta catástrofe, en donde hicieron feria de la riqueza nacional y mediante argucias políticas malsanas dividieron a la familia ecuatoriana.

Da risa, sin embargo, ofende la dignidad, cuando extraviados en sus conciencias, con argumentos insólitos y mentirosos, pretenden que las instituciones internacionales que fueron blancos injustos de sus ataques, hoy, con la desfachatez escalofriante, con caras de ingenuos, inmaculados, pero con la coraza hipócrita de un claro cinismo, exigen que esos mismos organismos internacionales arbitren medidas contra nuestro país. Tamaña insolencia cuando el gobierno del correato no fue capaz de ayudar a nuestros hermanos venezolanos para librarlos del monstruo del socialismo siglo XXI, que oficia de dictador.

El pueblo ecuatoriano está consciente de la pérdida de la democracia en el correato, donde se creó un gobierno impositivo y persecutorio, que desapareció las libertades y los derechos de la colectividad; desde el gobierno se violó la Constitución y las leyes; se manejó inconstitucionalmente los poderes del Estado y se originó el desastre económico del país en un estatus de permisibilidad, que hizo germinar la monstruosidad más grande de corrupción que hoy, a pesar de las pruebas, los rezagos correístas tratan evitar los juicios políticos y otros.

Cuando alguien defiende lo indefendible significa que aquel y si son muchos aquellos, ponen de manifiesto su terquedad acorazada, como mera intransigencia y después el cinismo con brillo de oropel. Entonces aquí encontramos los verdaderos ‘caras de tuco’.

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