Cambio de ruta urgente

CARLOS CONCHA JIJÓN

Por simple raciocinio, cuando vamos en dirección equivocada en una vía que nos conduce al abismo, la solución urgente determina un cambio de ruta, aún más, cuando determinados factores son evidentes, el cambio es un requisito impostergable.

Está probado que el modelo correísta, con el exceso del gasto público, los sobreprecios que condujeron al “lleve” y la baja del precio del petróleo, más los negociados hizo descarrilar el tren del progreso y la estabilidad económica del país.

Los sectores económicos y entendidos en la materia, determinan que la necesidad obliga a un cambio de ruta, en donde no se privilegie al gasto público, sino a la inversión, al ahorro e incentivos a la producción.

Cargar de mayores impuestos a las importaciones, la producción nacional y colectividad, significa, contraer la economía y reducir la capacidad de empleo. Los sectores productivos se encuentran deprimidos, pudiendo decirse que es un enfermo que necesita medicarse para lograr su recuperación y esa medicación estaría determinada por la eliminación de impuestos innecesarios al sector productivo, a través de una planificación nacional justa.

En un país cuando se reduce el poder adquisitivo, la pérdida del empleo, el cierre de empresas, disminución en las exportaciones, quiebra, empresas que emigran hacia otros países, etc., son señales claras que obligan a tomarse medidas para un cambio de ruta, como imperativo, permitiendo que las ideas salvadoras de amplios sectores, confluyan a encontrar soluciones ecuánimes para fortalecer la economía.

Pero las posibilidades de un verdadero cambio aprovechando del diálogo propuesto por el Presidente, deben concretarse de una manera armónica, con la sensibilidad de escuchar, comprender y ceder, de ser necesario, apartando de plano la intransigencia perniciosa.

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