Vida nueva

POR: Luis Fernando Revelo

Cuenta Pablo Martini que cuando los conquistadores ingleses llegaron a las costas de Australia, contemplaban absortos a unos extraños animales que daban saltos increíbles. Llamaron a los nativos de la zona e intentaron interrogarles mediante señas qué eran aquellos animales: Kan Ghu Ru, respondieron. Cuando trasladaron estos extraños animales a Europa les pusieron por nombre Kangaroo, que es con el nombre que hasta hoy se conoce a los canguros. Más tarde los lingüistas determinaron que el real significado de Kan Ghu Ru era: “No le entiendo”.

Y por supuesto hasta hoy encontramos gobernantes que no entienden lo que significa vivir en democracia. Hay matrimonios que nunca entendieron la vocación a la que fueron llamados. Hay padres de familia que no entienden que allí donde termina la familia, comienza la delincuencia, la bancarrota espiritual, la ruptura de los valores. Hay maestros que no entienden que educando, sus estudiantes deben apreciar su integridad y seriedad. Hay jóvenes que no entienden que el cuerpo es vehículo de ternura y de amor, jamás de una mera descarga animal. Hay personas que no entienden el valor de la vida humana, que matar la vida en el seno materno es un crimen abominable. Una mujer samaritana no le entendía a Jesús lo que era el agua viva, pues solo había bebido el agua pútrida del adulterio. Nicodemo, no entendía lo que significaba nacer de nuevo.

El mundo moderno está plagado de “canguros”, que van quemando un año y empiezan otro sin entender la necesidad de cambiar, de renovarse. Urge entender que el nuevo año que está por empezar invita a rectificar rumbos y dejar atrás lo mediocre. Hay que actuar con madurez. Hay que abrir el corazón a la tónica del más claro optimismo y entonces brotará con convicción un ¡Feliz año nuevo!