Aspiraciones

Franklin Barriga López

La persona que, de espaldas, lance una moneda y pida algo antes de que ésta toque el agua, la Fontana de Trevi le concederá, afirma una tradición que data de siglos.

Esta creencia ha posibilitado que el ayuntamiento de Roma, por este motivo, recoja anualmente de ese renombrado lugar más de un millón de euros que son empleados en obras benéficas.

He recordado a ese emblemático y hermoso monumento, que se localiza en el corazón de la Ciudad Eterna, donde se rinde culto al agua purificadora como manantial de vida, para relacionarle con los anhelos de los ecuatorianos, que emergieron en el Año Nuevo de manera sentida y abundante, dadas las circunstancias que atraviesa nuestra patria que requiere previsiones y acciones claras, firmes, constructivas.

Aquí no tenemos una fuente de esas características, pero sí un gran surtidor de aspiraciones que no deben ser desoídas por quienes orientan el destino del país.

Entre aquellas latentes esperanzas prevalecen las que buscan mejoría en las condiciones económicas, a fin de que vayan por un cauce seguro, atraigan inversiones extranjeras, se consolide la dolarización y se incrementen plazas de trabajo.

Desastrosas aventuras políticas, como la de Venezuela, tienen que servir de indicadores para no seguir esos rumbos del absolutismo, la insensatez y el retroceso. Obviamente que el pasado da lecciones, por ello es necesario extirpar las prácticas negativas que se perpetraron en la década que empieza a presentar su verdadero y falaz rostro. En buena hora, han comenzado a soplar vientos menos tóxicos.

El combate a la corrupción tiene que crecer para que se sancione en forma ejemplar a quienes se hayan beneficiado de fondos públicos. Hay que reconocer plausibles precedentes, en los últimos días, en esta imprescindible tarea.

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