Un cambio radical piden a Roma

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

El Papa Francisco ha estado de visita en Sudamérica, en dos de sus naciones del Pacífico: Chile y Perú, en las cuales ha abordado temas inherentes a la situación económica universal, especialmente lo relativo al cambio climático y la necesidad de defender la Amazonía, a la cual ha llamado “los pulmones del mundo”. Ha abogado por los pueblos indígenas de los dos estados visitados, los mapuches, y ha condenado a los sacerdotes violadores de niños, para cuya condena ha solicitado pruebas.

Lo expresado por el Sumo Pontífice ha agradado a unos y contrariado a otros, debido a que el Vicario de Cristo no se ha manifestado con la energía y verticalidad que era de esperarse, de modo particular como lo hizo cuando, siendo Obispo de Buenos Aires, condenó la dictadura militar que integraron Videla, Galtieri, Onganía y otros, autores del derrocamiento de Estela de Perón en 1976 y duró hasta la siguiente década, luego de la derrota Argentina en las islas Malvinas. En aquella ocasión el ahora Papa Francisco, exigió a los militares fascistas la devolución del poder al pueblo y la restauración de la democracia, mediante la vigencia de la Constitución de la república Argentina, lo cual aconteció en la penúltima década del siglo XX.

El Jefe del Vaticano, en declaraciones posteriores a su retomo a Roma, ha reconocido no haber estado muy acertado cuando solicitó pruebas a las víctimas de abusos sexuales, de las que se acusa a un obispo del país de la estrella solitaria. Según los entendidos en temas de la Iglesia Católica, la religión que inspiró Jesucristo y estableció San Pedro, su principal discípulo y primer Papa, en la capital de Italia, el paso de Francisco Primero es alentador. Para otros expertos del tema, la religión Católica debe tomar una posición más combativa en los problemas universales, porque la creciente desigualdad entre ricos y pobres, empresarios y obreros, países industrializados y productores de materias primas, etc. constituyen diferencias muy marcadas que carecen de soluciones a corto plazo, porque los intereses económicos priman sobre cualquier otra consideración.

La carencia de alimentos en muchos territorios de países subdesarrollados y la deficiente educación de estos, cuando en las naciones ricas se echa la comida a la basura y la enseñanza-aprendizaje es de excelencia, constituyen barreras insalvables para pueblos de Asia, África y América Latina, que la iglesia Católica está en la obligación de tratar de corregir o correr el peligro de perder credibilidad en sus prédicas. Que la visita a Chile y Perú de los días recientes, realizada por el Papa Francisco lo invite a cambiar de estrategia para favorecer a los postergados del planeta.