El SI vence la narco-política

Por: ORLANDO AMORES TERÁN

¡Alerta! Canallas de la historia, reiteran su propósito de instaurar el narco-comunismo en Colombia y América Latina, pretenden obligar con el lenguaje de las armas, que los incluyan en la democracia; por tanto, las explosiones en Barranquilla y San Lorenzo no pueden ser tratadas como hechos aislados. Es hora de que la comunidad internacional reaccione contra los regímenes de Maduro, Santos, Ortega, auspiciantes del terrorismo; caso contrario, la región se vietnamizará, con el agravante de que se instalarán iraníes y norcoreanos, a escasa distancia de EEUU. La expansión castro-narco-comunista, cumple al pié de la letra el libreto del Foro de Sao Paulo y no se detendrá frente a resultados que surjan de procesos democráticos como elecciones, consulta popular.

El negocio de la narco-política se convirtió en la actual manifestación del terrorismo. Cómo se explica entonces, que haya aparecido parte del dinero saqueado a Ecuador y Argentina, en el Brasil, al decomisar 60 baules con 500 billones de dólares, enviados como «medicamentos» de Cruz Roja, desde Cuba, al Partido de los Trabajadores, de Lula, para desestabilizar y controlar Brasil. A éste respecto, Cruz Roja afirmó que «no tiene nada que ver con el transporte de ese dinero», condenó el uso de su logotipo. Es lógico, por cuanto se trata de una prestigiosa institución de carácter humanitario. Pero ello no significa que inescrupulosos narco-comunistas no hayan transportado dinero, haciéndolo aparecer como medicamentos. En ello consiste la narco-política: en asaltar instituciones republicanas, para desde el Estado, realizar actividades gangsteriles con impunidad: extorsionar; traficar armas, drogas, dinero, bienes públicos; «sembrar pruebas» para enjuiciar; espiar, para destruir a disidentes y fuerzas democráticas. Ahí se entiende, porque pretenden otorgarle rango diplomático a Assange. Para la narco-política no se necesita personalidades con aptitud de estadista -cualquier matarife, como el de Caracas, o el imbécil que recibió un país endeudado en 8, le ingresó 355, invirtió 80 y lo entregó endeudado en 60-; es suficiente que sea cínico, mientras cumpla directrices narco-comunistas.

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