Adoquines de la Bosmediano

Rosalía Arteaga Serrano

La personalidad de una ciudad, y la de un vecindario, está marcada por sus habitantes. También hay otros ingredientes que interesan a quienes viven en un determinado sector: el nombre de sus calles y avenidas, el material del que están hechas y el color de las fachadas. En fin, un sinnúmero de elementos que hacen su identidad.

Esto es lo que ocurre con una zona de Quito: Bellavista, a la que se accede por una importante vía de comunicación y de vinculación de diversos sectores de la ciudad, se trata de la tradicional vía José Bosmediano, pavimentada con adoquines de piedra que le daban su singularidad en el ambiente más bien moderno de este sector de la ciudad de Quito.

Hace unos días los moradores de la zona hemos visto como, en un santiamén, los adoquines de años eran removidos inmisericordemente. Algunos, ingenuamente pensamos en que lo hacían para mejorar y asegurar su colocación, pero la sorpresa está dada por el hecho de que el Municipio capitalino ha decidido asfaltar la tradicional vía.

Se dice, y los argumentos esgrimidos son de que los adoquines revisten peligro, que la lluvia los vuelve resbalosos, que da lugar a accidentes, etc., etc., para ello imagino que tendrán una nutrida estadística que demuestre que hay más accidentes en esta vía que en otras o que la lluvia vuelve más resbaladizos a los adoquines que al asfalto.

Ni siquiera se consultó a moradores y usuarios. He visto opiniones contrarias a la decisión y por cierto nadie podrá garantizar que la Bosmediano no se convierta en una especie de resbaladera por la que circulen bólidos con mucho más riesgo que el que los mentados adoquines significan.

¡Qué lástima que no se tome en cuenta el criterio de los vecinos del lugar que perdemos la tradición en aras de una cuestionada modernidad!

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