La Policía merece respaldo

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Las declaraciones de unos cuantos ciudadanos de San Lorenzo, cabecera del cantón del mismo nombre, de la provincia de Esmeraldas, en el sentido de que el cuartel de la Policía del lugar, dinamitado el 27 de enero pasado, por posibles exguerrilleros de la FARC, de Colombia, han sorprendido a la colectividad ecuatoriana, sobre todo porque a tal criterio se ha sumado el Alcalde del Municipio de esa región.

A nadie se le hubiese ocurrido que ciudadanos de cualquier lugar del planeta soliciten que la morada colectiva de los guardianes del orden se ubique lejos de donde se alojan los habitantes de una ciudad, entendiéndose su actitud como una invitación para que los gendarmes que cuidan a la gente y los bienes de la urbe sean agredidos y exterminados, sin que a los civiles les importe un comino. En todo el orbe se ha hecho conocer de amorales profesionales encargados de cuidar a los ciudadanos han cometido actos dolosos en contra de sus semejantes.

Aquí se ha llevado recientemente una campaña para dar de baja a cientos de policías que no estuvieron a la altura de sus responsabilidades, pero no es justo que metamos a todos en el mismo saco y se llegue al colmo de privarles del aprecio del colectivo, hasta llegar a pedir que los terroristas prosigan agrediéndolos con mejores facilidades para el ejercicio del mal. No puede la ciudadanía adoptar actitudes inhumanas contra los guardianes del orden y la vida de los seres racionales.

Cualquier persona de torcido criterio puede pensar que el comportamiento de los uniformados no ha sido el adecuado a lo largo del tiempo y que su personal debe ser escogido y eliminarse a quienes no han sabido cumplir sus obligaciones con la sociedad, como ya ha ocurrido. Mas, de manera concreta no se ha denunciado que los gendarmes del sector norte y fronterizo hayan llevado a cabo actos repudiables o reñidos con su deber.

Es de esperarse que las expresiones de los pocos ciudadanos que han manifestado su descontento con el propósito de levantar un nuevo cuartel policial, para reemplazar al recientemente destruido, sean soslayadas y la nueva construcción se lleve a cabo a la brevedad posible para mantener el orden y velar por la integridad de los habitantes de la cabecera cantonal de San Lorenzo. Además, es menester desarrollar una campaña de concienciación en el lugar amenazado por guerrilleros y otros maleantes, para que cada quien asuma su responsabilidad y defienda los intereses de la comunidad amenazada por fuerzas extrañas a la nación. Que la colectividad se una como un puño para defender sus intereses y los de la patria.