Tigua, la cuna de artistas indígenas, convoca al turismo por su arte y costumbres

NATURALEZA. La laguna del Quilotoa es una visita obligada. Está a pocos kilómetros de Tigua.
NATURALEZA. La laguna del Quilotoa es una visita obligada. Está a pocos kilómetros de Tigua.
NATURALEZA. La laguna del Quilotoa es una visita obligada. Está a pocos kilómetros de Tigua.
NATURALEZA. La laguna del Quilotoa es una visita obligada. Está a pocos kilómetros de Tigua.

Artistas panzaleos plasman la cotidianidad de sus días en obras de colores intensos.

En medio del frío, propio del páramo andino, se levanta la comunidad indígena kichwa llamada Tigua. Está en lo más alto de la cordillera, pasando Pujilí y antes de llegar a Zumbahua y la laguna del volcán Quilotoa, en Cotopaxi.

Es un viaje de ensueño, los ojos se maravillan con amplias zonas de pajonales. Hay cultivos de cebada, habas, chochos, papas, mellocos, oca y mashua (tubérculos), que forman parte de la dieta diaria de sus habitantes y de quienes los visitan. Esta variedad de cultivos ofrecen diferentes tonalidades que van del amarillo al verde intenso.

Pero antes de emprender el ascenso se disfruta de la alfarería de Pujilí. Ollas, tiestos, cacerolas, macetas adornos y más objetos son productos que salen del ingenio y habilidad de hombres y mujeres en la parroquia La Victoria. Este lugar ha sido desde siempre tierra de artesanos alfareros que le dan forma, color y textura a la arcilla, material extraído del suelo.

Mucho por visitar
Para llegar a Tigua, comunidad del cantón Pujilí, ubicada al occidente de Cotopaxi, se emprende un viaje que es un constante ascenso. Se va por la vía Latacunga-La Maná, de dos carriles, pavimentada y en buen estado, hasta llegar al lomo o la cima de la cordillera, lo más alto, donde el viento corre sin parar y las bajas temperaturas obligan a abrigarse.

En el trayecto hay impresionantes paisajes que solo el amante de la naturaleza sabrá disfrutar. Los pajonales se dejan ver en un constante baile, al son del ritmo que impone el frío viento. Parece que no habitara nadie, pero a lo lejos se divisa una que otra casa, algunas aún de adobe y paja, y de cuando en cuando aparecen al filo de la carretera hombres, mujeres o niños que recorren largos tramos para cumplir con sus actividades diarias.

Hasta que se llega a Tigua, comunidad que está conformada por los cabildos de Huayrapungo, Casa Quemada, Ugshaloma Grande, Ugshaloma Chico, Calerapamba, Pactapungo, Yanakachi, Calicanto, Tigua-Chimbacuchu (o Guana-Toropata), Tigua-Centro, Tigua-Rumichaca, Tigua-Yahuartoa, Sanisami, Niñoloma, Yatapungo y Chami y Quiloa.

Pintores
La mayoría de sus habitantes se dedican a la agricultura y ganadería. De ellos salen los artistas que, siguiendo las enseñanzas de sus antepasados, continúan tallando máscaras de madera, con figuras de animales (mono, oso, perro, tigre, león, venado…) pintadas con colores vivos que originalmente eran usadas en las fiestas de Nochebuena, Reyes Magos y Corpus Christi, pero hoy son parte de la oferta artesanal.

Pero son las pinturas de Tigua hechas en cuero de borrego y esmalte las que le han dado renombre. Varias centenas de expertos detallan en sus cuadros la vida del campo, las costumbres, la historia, las fiestas y las leyendas.

La particularidad de este arte radica en que el indígena utiliza como lienzo de sus pinturas el cuero de las ovejas, especie de la cual también obtienen su lana para elaborar prendas de vestir que ayudan a contrarrestar el frío. Estos trabajos son expuestos en la galería que tiene la comunidad, en la cual los turistas las pueden apreciar, además de adquirir las piezas. (CM)

El Quilotoa, a un paso
° Esta laguna es una de las 15 de origen volcánico más hermosas del mundo.

La popularidad del Quilotoa se debe a la belleza de sus parajes y el espectáculo de las aguas calmas. En la comunidad del mismo nombre, también conocida como la ruta de la ‘Cumbre’ y a la que se accede en bus desde el pueblo de Zumbahua, los visitantes pueden realizar ecoturismo y turismo de aventura para contemplar los paisajes cercanos. En las comunidades Quilotoa, Zumbahua, Tigua, Shalalá, Chugchilán, Itupungo y Guayama San Pedro hay alojamiento de distintos tipos, como hosterías, hoteles, cabañas, hostales y posadas.

Aventura

Opciones

° En Zumbahua y sus alrededores hay mucho por hacer y conocer.

° Se alquilan caballos para recorridos por el páramo.

° También se rentan kayaks y botes para practicar trecking, liking en la zona de influencia del Quilotoa.

° Es posible realizar camping y rodeo de altura.