POR: Luis Fernando Revelo
Digna de todo encomio fue la obra “El monasterio de las monjas y la creación de los primeros poemas y música polifónica en Ibarra”, que publicara hace años atrás el académico Jorge Isaac Cazorla auspiciado por la PUCE-SI. Allí Cazorla subrayaba que a fines del siglo XVII tiene su génesis la lírica en Ibarra. “Las composiciones durmieron durante 300 años, bajo el polvo del Archivo Curial de la Diócesis de Ibarra y fueron compuestas por las Monjas enclaustradas del Monasterio de la Limpia Concepción de María…”. En cuanto a la música, subraya que fue creada y arreglada por los primeros compositores musicales de Ibarra.
La Curia Diocesana, la Fundación Filarmónica Casa de la Música y por supuesto nuestra Casa de la Cultura, el domingo 21 de enero, tuvimos la grata satisfacción de participar en un simpar Concierto de Villancicos, Romances y Chanzonetas, interpretados por el coro Cantus Firmus, bajo la sapiente dirección del maestro Gustavo Lovato. Allí, el Dr. Gonzalo Ortiz hizo la presentación de una rigurosa investigación de 12 años que se plasma en dos tomos y tres discos compactos con los manuscritos musicales: villancicos, chanzonetas, romanzas, dúos y un motete contenidos en los manuscritos musicales de Ibarra de los siglos XVII y XVIII.
Con una cernida comprobación los maestros Lovato y Miguel Juárez afirman que algunas de las piezas fueron compuestas por músicos ligados a la Catedral de Quito, dos de ellos quiteños (José Ortuño y Gonzalo Pillajo) y otro español (Manuel Blasco) y que tampoco todas las letras son de las monjas, pues el maestro Juárez ha identificado una que proviene de un autor español, publicado en Zaragoza en 1688 en el libro Lírica Poética de Vicente Sánchez. Urge leer esta obra para emitir un juicio crítico.