Alevosía

POR: Rocío Erazo Benavides

“Yo te quiero con alevosía, yo te quiero con alevosía… necesito confundir tu piel con el frío del mental, o con…”, dice una de las frases principales de una gran poesía de Luis Eduardo Aute, que es el lenguaje de la vida, que regresó a mi mente a raíz de una conversación con un cantautor imbabureño; “Alevosía”, que es una exitosa canción, que la traigo al espacio de política, ya que es el extremo contrario en sí, de lo que significa, que es traición, premeditación, quiere decir que existe un sentimiento desbordante como una catástrofe, tan intenso como la furia, tan seco como la muerte.

Único, de ese que no te importa atravesar los círculos infernales, recibir el más arduo castigo. La transcribo a lo que estos días pasados vivió el Ecuador, ya que es una alevosía que haya regresado el expresidente, que tomó un vuelo y estuvo acá, rapidito, que recorrió algunas ciudades de nuestro país para reavivar sentimientos y resentimientos, diría.

Considero que más de uno nos hemos preguntado: ¿a qué regreso realmente el expresidente al Ecuador?

Pasó, casi, casi saludando a las diferentes instituciones públicas y a sus ministros reelectos, que en estos últimos días están en la ruta de salida. Lo que sí llamó la atención es una aparente calma del gobierno central de turno; y de muchos políticos conocidos, que dicen representarnos, y no levantaron ni una bandera de protesta. En fin, hubo un silencio cómplice, salvo por uno, que recientemente retornó después de 20 años de exilio.

Existen grandes interrogantes, grandes favores que se ve, se devuelven por estas personas llamadas nuestros representantes; preguntémonos, la razón del por qué hubo tantos corazones ardientes antes, y hoy al regreso de su máximo “líder” muchos de ellos ya no están.

Los indicadores no mienten, los números tampoco, nuestro Ecuador tiene una gran lección de vida, por la alevosía de no ser consiente y votar informado. Un pueblo informado jamás será vencido. La responsabilidad es nuestra.