MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA
Siempre fui asidua seguidora de los diferentes espacios de noticias. Prensa, radio y televisión, nunca me pasaron inadvertidos, porque me gustaba saber qué ocurría en el país, siempre hubo noticias agoreras y nefastas; sin embargo, desde hace poco tengo pavor en poner algún canal o abrir un periódico y conocer los últimos acontecimientos; además del excesivo morbo que plaga las páginas noticiosas, tenemos cada día más hechos que opacan nuestro país.
“Somos noticia”, dirán muchos, aquellos que creen que lo importante es ser tomados en cuenta así sea buena o mala la noticia y precisamente lo visible son actos de corrupción, violencia y crímenes. Es como si de pronto, lo malo se apoderó de nosotros, una nube negra nos cobija y no nos permite salir de todo este atraso.
Lo que es peor, es que en cada caso de corrupción, los abanderados de la patria, aquellos que juraron defender hasta las últimas consecuencias nuestro tricolor, son los que nos hacen sentir vergüenza con su accionar, y qué pesar saber que fuimos quienes a través de un voto los colocamos en ese sitial.
Al estilo de la “cosa nostra” notamos una política de venganza, de mafiosos, del más sabido; de aquel que para imponerse y dejar constancia del crimen, graba y amenaza con hacerlo público. Y como si fuera poco cuando son cogidos en falta, siguen como si nada en esos puestos, que les quedan inmensos porque su estatura no está para ese cargo, por su poca dignidad. Ahora lo más normal es decir, sí yo hice, pero el de acá también y con eso dan pie para justificar sus atropellos.
En tiempos en los cuales todos se sacan en cara sus artimañas, es imperativo una campaña para desratizar y eliminar estas plagas que lo único que hacen es alzarse nuestro país en peso, no podemos permitir que estas ratas nos sigan imponiendo su anti valores. Donde las ratas, los ratones y los rateros nos gobiernan y con el mayor desparpajo pretenden imponer su pillería como política de estado.