¿Hasta dónde puede llegar el cinismo de funcionarios públicos inmersos en actos de corrupción? ¿Carlos Ochoa, José Serrano, Carlos Baca Mancheno, Carlos Pólit y Rafael Correa rendirán cuentas? ¿Gamavisión y TAME tanto como la poca credibilidad en la Asamblea Nacional, Fiscalía, Contraloría y Cancillería no muestran una crisis ética que arrastra a la desconfianza y anarquía? ¿No está todo salpicado por corrupción y malversación de fondos? ¿Un Consejo de la Judicatura y varios ministerios no siguen con los rezagos del correato radical?
¿No aumenta el riesgo país cuando se cambian autoridades económicas pésimas por una que no pagó la deuda del Estado y colocó el impuesto a la Salida de Divisas y acaso a China y al FMI no les interesa la política monetaria, financiera y económica sin sensatez política e institucional? ¿No hay sarcasmo gubernamental al pedir un certificado notariado de 24 dólares al resto de empleados públicos: muchos profesores y enfermeras?
Nada interesante augura el pánico que se apodera del gobierno y ex correísmo mutante tras constatar los niveles de corrupción y crimen organizado. La insistencia en auditar la década completa persiste y muchos buscan desvincularse para no acabar en la cárcel. Un pánico radiante y sospechoso que arrastra gente a la calle porque no permite modificar directrices. Se resiste a cambiar. Oculta facturas y acuerdos cómplices, y tarda en sacar malos elementos reciclados del fracasado proyecto estatista.
En otras palabras, no es el afán convocar al diálogo social ni la angustia de enfrentar un estrepitoso desempleo, sino el pavor de sustituir élites políticas, sociales, diplomáticas y empresariales que evalúen las rutas de la corrupción. Tan llano y simple como eso. Lo grave es que sigue el despilfarro y endeudamiento.
¿Quién audita el uso de los aviones presidenciales que triplican a los comerciales? ¿Los audios filtrados entre ‘compadres’, los informes adulterados para recrear supuestos inadmisibles como el 30-S, con muertos, presos y heridos? ¿Las transferencias en paraísos fiscales y el desfalco público al que se acostumbraron los mismos?
@klebermantillac