POR: Rocío Erazo Benavides
“No hay camino a la felicidad, la felicidad es el camino”, dice Lao Tse. Y este es un estado que racionalmente todos los seres humanos, conscientemente, deberíamos integrar en nuestra mente.
En los próximos días se celebra el Día Internacional de la Felicidad, decretado el 20 de marzo por la Asamblea General de la ONU, para reconocer la relevancia de la felicidad de los seres humanos.
La felicidad es un estado de ánimo que supone una satisfacción, quien está feliz se siente a gusto. Se han realizado varios estudios científicos que se han centrado en analizar en profundidad el concepto de la felicidad y es que la misma es el objetivo que todas las personas buscamos a lo largo de nuestra vida. Hay quienes creen o sienten que la felicidad está relacionada con los bienes materiales y el dinero. Por eso existen frases como: “El dinero no hace la felicidad, pero ayuda”, y es que el dinero es el medio necesario para la satisfacción de las necesidades materiales humanas; una vez que éstas están satisfechas, el individuo tiende a buscar productos que le proporcionen mayor felicidad.
Entonces, no te enfoques tanto en corregir tus debilidades para ser feliz, porque la autenticidad de este sentimiento es diferente para cada persona, además para lograr la felicidad intervienen las fortalezas que cada quien posee, y la forma en que cada persona las cuida y utiliza día a día.
La felicidad es una emoción que se produce en un ser vivo, cuando cree haber alcanzado una meta deseada. Las personas que tienen un alto grado de felicidad muestran generalmente un enfoque del medio positivo, al mismo tiempo que se sienten motivadas a conquistar nuevas metas.
Actualmente se conoce que la variabilidad en los niveles de felicidad que experimentan los individuos se ven influidos por tres grupos de factores, como los genéticos, factores asociados a la consecución de objetivos, y deseos y socioambientales.
¡Autorrealízate y busca que la felicidad sea tu estado habitual!