El malo conocido

MA. ALEJANDRA SALAZAR MURRIETA

El 2019 es año de elecciones y desde ya se empiezan a barajar las opciones para saber quiénes quieren optar por algún puesto público; es así como vemos que se van armando los cuadros, los círculos y los triángulos de aquellos que pretenden representarnos. Me pregunto, ¿será que luego de estos desastrosos 10 años de desgobierno, los ecuatorianos hemos aprendido por quién no votar? porque está claro que por quién votar es otra historia.

Por lo pronto, dentro de la Asamblea Nacional se empiezan a ver los “acuerdos” (léase y entiéndase amarres) de los que ya están manejando la cosa pública y no saben qué hacer si se les termina el contrato, así que, en aras de procurarse su bienestar, pactan, incluso, con el diablo.

Y estos pactos son los me dejan pensando, si realmente la ciudadanía está consciente y pendiente de lo que sucede. Sería ideal que tengamos claro quienes ya no deberían nunca más ejercer un cargo; pero, dudo que estas ideas ronden muchas cabezas, más aún al ver los resultados de la consulta popular, porque a la larga esta fue una antesala de las futuras elecciones y si estos resultados ya nos dejaron pasmados, me da temor saber a quiénes luego les darán el voto.

Me preocupa que, por nuestros lares el criterio del malo conocido siga pegando fuerte a la hora de escoger, porque por algún extraño motivo a los nuevos, a aquel que nunca ha terciado en una elección o quienes tienen ideas renovadoras, generalmente terminan en último puesto.

En las fiestas de carnaval, se pudo evidenciar que la campaña electoral ya había empezado y por ello, más de un posible candidato organizó su festival con bombos y platillos, porque a la larga saben lo que el pueblo quiere, y saben con qué entretenerlo. Como aún nos quedan algunos feriados hasta llegar a las urnas nuevamente, le solicitaré a nuestra ciudadanía, bailen, disfruten, rían y gocen; pero, piensen bien a la hora de votar, porque luego la celebración no es precisamente con el pueblo.

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