Impotencias

JORGE ZAMBRANO ANDRADE

El progresismo es el resultado del ascenso de nuevos sistemas de poder, producto de diversas debilidades y equivocaciones. Primero aparecen las burocracias locales, sin otro proyecto que la reproducción del parasitismo. Luego los políticos que no se han recompuesto de sus pasados delincuenciales, entrelazados con redes mafiosas y diversos tipos de corrupción, desestructuradas por la estrategia que los Estados Unidos aplicaron en la región desde los años 1980 para debilitar a los latinoamericanos. En tercer lugar EU ha perdido fuerza global y en consecuencia ya no está en condiciones de imponer sus decisiones en un ciento por ciento.

A lo largo de la década actual estallaron rebeliones, de organizaciones sociales, que en algunos casos apuntaron la destrucción del neoliberalismo. En Bolivia por ejemplo en años pasados el pueblo insurgente exigía un ‘gobierno obrero y popular’, en Argentina el reclamo popular entre fines de 2001 y comienzos de 2002 era ‘que se vayan todos, aquí en Ecuador las movilizaciones sociales derribaron varios presidentes. Sin embargo esas rebeldías no lograron destruir los sistemas de poder… las masas avanzan, golpean, desbordan, amenazan, acosan pero finalmente se repliegan. Es en ese punto donde las instituciones del sistema logran recomponerse y frenan el descontento, el poder ancestral sobrevive, aunque para ello se ve obligado vestir una nueva indumentaria que se adorna con vistosos apliques socialistas. Una suerte de equívoco que ayuda a la reproducción de la farsa.

Cuba, y Venezuela resistieron al acoso imperial, una revolución nueva en plena búsqueda de caminos nacionalistas, burla en parte la tentativa de aislamiento al que los quiere someter la Casa Blanca, amarrando acuerdos amistosos con gobiernos progresistas. Maniobras plagadas de zancadillas, y pasos falsos. Los Estados Unidos no pueden oponerse de manera brutal a dicho cambio porque corren el riesgo de distanciarse más con sus amigos progresistas que a veces se hacen los tontos para capturar y domesticar a la izquierda, aunque siempre cometen torpezas.

[email protected]