El gradualismo y lo efímero

Jaime Durán Barba

Desde hace décadas hemos asistido, en varios países, a reuniones en las que algunos economistas dicen que el país se desmoronará si no se aplica un paquete radical de medidas de ajuste económico. Algunos presidentes les creyeron. Gonzalo Sánchez de Losada, que repetía el mantra de la religión tecnócrata: “Hay que hacer lo que hay que hacer” impuso un ajuste brutal que desató la furia de la gente, hubo muertos, está enjuiciado y perseguido desde hace décadas. Su sucesor, Evo Morales, hizo lo que no hay que hacer, pero ha sido reelegido varias veces. Hasta donde se ve, Bolivia no se desmoronó.

Pasó lo mismo con Jamil Mahuad que llegó a la cumbre de la popularidad cuando suscribió la Paz con Perú. Aplicó un ajuste asesorado por economistas argentinos preparados, fue víctima de un golpe militar de guerristas que habían perdido su negocio, permanece perseguido desde hace 18 años. En el mediano plazo el ajuste llevó al poder a Rafael Correa, un populista autoritario pintoresco que manejó muy mal la economía, pero fue reelegido dos veces.

Dilma Rousseff aplicó su paquete de medidas en cuanto fue reelegida. Esa fue la verdadera causa de su destitución. Le sucedió en la presidencia Temer, que “hizo lo que hay que hacer” de manera ortodoxa, apoyado en un gabinete excluyente de hombres tecnócratas. Logró batir los récords como el mandatario más rechazado de la historia del continente. Si la Justicia no impide la reelección de Lula las reformas pueden desvanecerse.

En Perú, la economía creció sensatamente desde hace dos décadas, pero todos los presidentes que pasaron por el Palacio de Miraflores en el período han sido extremadamente impopulares y la mayoría está en prisión. En México Enrique Peña Nieto impulsó cambios que eran indispensables y buenos según los economistas. Termina su período como el presidente peor evaluado de la historia mexicana. Andrés Manuel López Obrador que es el más probable triunfador de las elecciones, tirará por la borda sus reformas.

No hay ningún mandatario que haya aplicado ajustes sin que se desplome su gobierno o sin terminar como un pato rengo que agoniza hasta que termine su período. Mauricio Macri es la excepción, tomó medidas de corrección en forma gradual como es posible en las sociedades democráticas del siglo XXI. Si producía un ajuste radical su gobierno habría colapsado y habrían vuelto los populistas de siempre.

*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.