Prudencia en búsqueda noticiosa

EDGAR QUIÑONES SEVILLA

Tres servidores del Diario El Comercio de Quito que, el 26 de marzo pasado fueran capturados en Mataje, San Lorenzo, por exguerrilleros o narcotraficantes, aún siguen en poder de sus plagiadores, en territorio colombiano y sus familiares han dado a conocer los nombres de cada uno de ellos, mantenidos en secreto hasta el 1 de abril. Se cree que hasta hoy han recibido trato respetuoso.

Los detenidos responden a los nombres de Javier Ortega Reyes, periodista de 32 años; Paúl Rivas Bravo, 45 años, fotógrafo, ganador de los premios Eugenio Espejo y Jorge Mantilla Ortega, y Efraín Segarra Abril, de 50 años, chofer profesional. Diversas organizaciones sociales, así como compañeros de trabajo, amigos y familiares han expresada de diversa manera su solidaridad con los plagiados. La Federación Nacional de Periodistas (Fenape), que preside Martín Villegas Cruz, titular también del Colegio de Periodistas del Guayas, ha solicitado a las autoridades del vecino Estado, su intervención para obtener el respeto a la integridad física y la pronta libertad de los ecuatorianos aludidos.

De la misma manera, el dirigente ha creído oportuno recordar a otros profesionales de la comunicación, abstenerse de emprender en acciones temerarias e imprudentes que comprometan su vida, pues, en casos como el presente, la información a obtenerse tiene que ver con personas que se hallan al margen de la Ley, lo cual entraña hondo peligro. Experimentados periodistas ecuatorianos, consultados sobre este hecho, consideran que los comunicadores sociales deben observar siempre el mandato establecido en el Código de Ética y que la primicia informativa debe lograrse sin correr riesgos onerosos que pueden culminar en tragedia.

Recomiendan que los profesionales de la Comunicación actúen en el futuro con prudencia extrema, pues, sus familias pueden terminar siendo víctimas de los actos temerarios. No debe olvidarse -afirman los entendidos- que no existe la seguridad requerida frente a organizaciones delictivas que operan impelidas por razones diversas, especialmente monetarias y del comportamiento moral que nadie conoce su orientación.

Todo el país se encuentra al momento pendiente de la suerte de los tres servidores del Diario El Comercio y se espera que los responsables de la conducción del Estado establezcan los contactos pertinentes con las autoridades colombianas, así como con los supuestos autores del secuestro, para lograr de estos una decisión favorable que culmine con la puesta en libertad de los integrantes del equipo periodístico del rotativo capitalino y puedan los comprometidos en esta desagradable acción retornar sanos y salvo a sus hogares y labores cotidianas.