Patricio Durán
Millones de personas utilizamos el Facebook para mantenernos en contacto con amigos, compartir fotos, videos, y organizar eventos. También me ha servido para entrar en contacto con familiares y amigos esparcidos por el mundo de quienes no he tenido noticias en años y a algunos no conozco personalmente. También ha surgido más de un romance gracias al cupido del Fb; así mismo se han terminado muchas relaciones sentimentales gracias al chismoso del Fb. A veces me molesta que alguien del Fb se quiera pasar de listo vendiendo un servicio o producto, promocionando algo o a alguien (políticos), pero luego me acuerdo que yo coloco mis artículos de opinión en la página y se me pasa.
El objetivo del Fb es obtener un rédito económico vendiendo la información personal que con mil amores subimos a nuestras páginas, y no caemos en cuenta que al hacerlo otorgamos una gran cantidad de datos personales al Fb, que, consecuentemente, sabe mucho más de nosotros, incluso más que la difunta Senain. Al Fb le decimos la edad, estudios, dirección, relaciones, lugar de trabajo, etc.
Pero Fb puede obtener mucha más información de lo que nos gusta, quiénes son nuestros amigos y a qué grupos nos unimos. También puede, si lo permitimos, rastrear el historial de visitas a páginas web. Esto permite que la empresa de tecnología venda publicidad que puede ser dirigida con precisión a cada usuario individualmente. Semanas antes de mi cumpleaños fui bombardeado con la publicidad de varios productos –camisetas, chompas, tazas, etc.- con leyendas alusivas a mi fecha de nacimiento, como que “los más guapos nacimos el 17 de marzo” y otras de esta guisa. Los algoritmos de Facebook son tan sofisticados que hay historias de mujeres siendo bombardeadas con anuncios de pañales incluso antes de que supieran que estaban embarazadas. Continuará.