En una charla informal, el poeta Fernando López Milán decía: “Solo hay que leer ‘Sollozo de Pedro Jara’ para entender la trascendencia de Efraín Jara Idrovo: él es el mejor poeta vivo, solo basta esa obra para que lo estudien en todas las universidades del mundo”.
Lastimosamente, lo de gran, sin duda, nunca se pondrá en duda. Lo de “vivo”, tal vez, porque el domingo dejó de existir físicamente, pero el estremecimiento tras ese ‘Sollozo’ seguirá tan vivito, tal cuan cuando vio la luz –después de la oscuridad- en 1976.
Efraín Jara Idrovo nació en Cuenca, el 26 de febrero de 1926. Su madre, Leticia Idrovo, fue maestra de Castellano y escribía sonetos; su padre, Salvador Jara, se dedicó a la exportación de sombreros de paja toquilla: fue parido al igual que los versos.
Falleció el último domingo, 8 de abril, en su ciudad natal. La causa de la muerte fue natural, según explicó su hijo Renán a Diario El Tiempo. Sus restos fueron velados ayer en el Camposanto Santa Ana.
Mirada
“Adentrarse en la poética de Efraín Jara supone acceder maravillado al asombro, al descubrimiento de renovadas propuestas teóricas, temáticas, escenarios donde el hombre más allá de mostrarse fascinado ante las evidencias del mundo que sacraliza la realidad, cuestiona el vano transcurrir del tiempo, admite colmado la inequívoca presencia de la soledad, la nostalgia, la muerte y desde estas reflexiones propone la reconfiguración del caos existencial que no solo particulariza su obra sino que ubica como uno de los poetas ecuatorianos e hispanoamericanos más trascendentes de nuestro tiempo”.
Esta apreciación le corresponde al actual ministro de Cultura y patrimonio, Raúl Pérez Torres, la misma que fue socializada en un homenaje que se le realizó a Jara Idrovo, en noviembre 2016, dentro del marco de la Feria del Libro de Quito, donde participaron su hijo Jonny, el poeta Julio Pazos y el intelectual Irving Zapater.
Ese sentimiento sigue latente. La cartera que dirige Pérez Torres fue de las primeras en expresar el pesar tras la partida del ganador del Premio Eugenio Espejo: “El Ministerio de Cultura y Patrimonio lamenta el fallecimiento de uno de los más grandes poetas ecuatorianos, el cuencano Efraín Jara Idrovo, el querido ‘Cuchucho’ vivirá para siempre en nuestros corazones”, indicó en su cuenta de Twitter.
También, el Ministro indicó en su perfil de esa red social que Jara Idrovo, fue “uno de los máximos representantes de las letras ecuatorianas”.
Obras
Efraín Jara Idrovo
° ‘Tránsito en la ceniza’ (1947)
° ‘Rostro de la ausencia’ (1948)
° ‘Carta de Navidad’ (1956)
° ‘Poema del regreso’ (1956)
° ‘Añoranza’ (1972)
° ‘Acto de amor’ (1972)
° ‘Dos poemas’ (1973)
° ‘Sollozo por Pedro Jara’ (1976)
° ‘In memoriam’ (1980)
° ‘El mundo de las evidencias’ (1980)
° ‘Alguien dispone de su muerte’ (1988)
° ‘Los rostros de Eros’ (1997)